Consecuencias mundialistas

Félix Fernández
en CANCHA


La Copa del Mundo afecta, altera, transforma expansivamente mucho más allá de los 30 días que dura. Un antes y un después en la carrera de los grandes protagonistas como el goleador colombiano James Rodríguez, capaz de convocar a más de 40 mil para su presentación con el Real Madrid; Luis Suárez con su oculto y multimillonario fichaje por el Barcelona, tras el escándalo y suspensión provocados

por su agresión a Chiellini; Alexis Sánchez y los 70 millones de dólares que pagó el Arsenal por su pase, Toni Kroos y su traspaso del Bayern Munich al Real Madrid, el deseado Divock Origi con su precocidad convertida en velocidad y habilidad o incluso la resurrección de Mascherano y su impecable torneo.

En contra parte, decepciones como Cristiano Ronaldo, Fred, Dani Alves, Eto'o, Rooney, Modric o Pirlo, quienes tienen un lugar muy bien ganado en la élite mundial, fueron incapaces de brillar en una Copa del Mundo que permitió el lucimiento de muchísimos jugadores con pocos reflectores.

Sin embargo, la edición 20, donde se alcanzó el récord de 171 goles anotados (2.7 por partido) fue, como dijo Memo Ochoa: "el Mundial que relanzó a los arqueros"; desde el gran promedio de Tim Howard, quien realizó 27 atajadas (16 ante Bélgica en Octavos, todo un récord), pasando por el argelino Rais Mbolhi, con 11 intervenciones que hicieron muy compleja la victoria alemana en Octavos; el estético, arrojado y excelente iraní Haghighi o el muy eficiente suizo Diego Benaglio, hasta llegar al hoy idolatrado portero mexicano, el sólido holandés Cilessen, el casi olvidado en Mónaco Sergio Romero, el sobrio y siempre bien colocado Courtois, el impresionante Keylor Navas y, el mejor y más completo de todos: Manuel Neuer.

Hoy no hay duda de que la posición que más evoluciona es la portería. Se acabaron los atajadores, caducaron los que no funcionan como un jugador más de campo. Punto final al mito de que los europeos solamente despejan el balón lo más lejos posible. No, los porteros han sido relanzados y el mercado debería revalorizarlos de acuerdo con la creciente aportación que significan en un equipo. Por lo anterior, resulta inexplicable que Memo Ochoa no logre ser contratado de acuerdo con lo mostrado en Brasil.

De la misma forma, llama la atención que el francés Jeremy Mathieu, con más de 30 años y sin haber sido parte de la Copa del Mundo, haya costado 20 millones de euros al Barcelona, cuando el tico Keylor Navas difícilmente llega a los 10 y formó parte de la terna para el Guante de Oro.

Sí, porque la Copa del Mundo afecta, altera y transforma en diferente medida. Sería también justo que a partir de ahora se cotice a los arqueros tanto como a esos otros que brillaron y se encarecieron estratosféricamente.

 
 
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@Felixatlante12