Benéfica disuasión

Fernando Von Rossum
en CANCHA


Amables aficionados: la semana pasada comentábamos sobre la relación entre terminar la carrera profesional y tener éxito en la NFL, así como el dominio de aquellos conjuntos con más graduados universitarios.

Hoy veremos el daño sufrido por aquellos jóvenes que quieren probar suerte en el profesionalismo prematuramente y para las universidades de donde salen y las medidas que la Liga está

tomando para poner remedio a una situación negativa en lo general.

A partir de este año, la NFL va a informar a los prospectos que anuncien su deseo de ser considerados para la Selección Colegial cuáles son sus perspectivas reales. Lo hará mediante tres clasificaciones: probabilidad de ser escogido en la primera ronda, en la segunda ronda y mejor quédense en la escuela.

Así, el estudiante podrá hacer una decisión más realista entre proseguir sus estudios o lanzarse a la aventura de intentar ganar un puesto en la NFL, porque no se puede pasar por alto que, al momento que el joven anuncia su intención de ser considerado para el "Draft", la universidad le retira su beca y no hay luego que, "siempre no me escogieron, así que voy de regreso". El que se va, se va.

La atracción del dinero y la fama son grandes, sobre todo viniendo de los agentes que los quieren representar y, quizá por eso, cada año ha ido aumentando el caudal de los jugadores colegiales que quieren entrar a la NFL.

En 2005, por ejemplo, hubo 51 candidatos que entraron a la Selección Colegial antes de graduarse; para 2014 hubo 98, de los cuales sólo el 62 por ciento fueron escogidos por los distintos equipos y todavía hay que descontar los que no podrán, al final, ganarse un puesto en el conjunto que los seleccionó.

Luego viene el daño a las universidades. Éstas buscan prospectos de preparatoria, los becan, les van aumentando su nivel de juego y justo cuando el joven va a redituar peleando los campeonatos para su alma mater, el jugador decide hacer las maletas y se marcha.

La Conferencia del Sureste, por ejemplo, vio cómo en 2013 el 43.2 por ciento de los jugadores en el sistema NCAA que se fueron eran de sus equipos, así como casi el 30 por ciento este año.

Es una sangría considerable y ya lo hicieron saber a la NFL. Por eso las nuevas medidas.

Si la Liga está impedida legalmente de disuadir a los jóvenes que declaran antes, al menos les va a dar a conocer sus posibilidades reales.

Por ahora, hacemos una pausa...

 
fvonrossum@reforma.com