San Cadilla
en CANCHA


Las ventajas de llegar tarde
 
La mayoría de las veces llegar tarde a un lugar o un compromiso es sinónimo de angustia y nerviosismo, pero el viernes pasado para Ricardo Peláez significó el salvarse de una avalancha de aficionados americanistas.

Les cuento que el presidente deportivo del América se salvó sin querer queriendo de un tumulto en el Aeropuerto Internacional de la

Ciudad de México, donde los seguidores azulcremas fueron a despedir a su equipo que partía a León para debutar en el Apertura 2014.

Yo no sé si fue el ansia tras la laaaaarga espera de casi 80 días sin ver a su equipo en la terminal aérea, pero los más de 50 fanáticos se pusieron bastante pesaditos en sus peticiones de autógrafos o fotografías para sus ídolos y como el equipo llegó con cierto retraso también, pues las prisas generaron un conflicto, pues con la marea de fans, era casi imposible para los futbolistas recorrer los 30 metros hacia la zona de mostradores, lo cual tuvieron que hacer casi casi como sorteando un campo de obstáculos.

Tras el desaire, la mayoría de los fans decidieron romper filas y empezaron a dispersarse y los corajes a disiparse justo en el momento en que apareció en la terminal Peláez con maleta en mano y un paso acelerado que delataba que no tenía planeado llegar a esa hora, aunque tal vez ni se enteró que el pequeño retraso lo salvó de enfrentarse a la turba americanista... Esa es la suerte que siempre ha caracterizado a Peláez.

 
 
Rayas casi invisibles
 
Tal parece que la rapidez con que inició el Apertura 2014 agarró a más de uno con los pantalones abajo.

Y es que me provocó un poco de hilaridad darme cuenta que en varios partidos de la Fecha 1 de la Liga MX, los árbitros batallaron con el spray para marcar la distancia en las faltas, pues le sucedió a tres silbantes que a la hora de tener que marcar el césped, sufrieron para poder pintar, pues agitaban y agitaban los botecitos y nomás no se veía lo que rociaban sobre los campos de Veracruz, Tijuana y Toluca a pesar de que le daban hasta tres pasadas.

En un caso de plano las barreras se aprovecharon de la situación y como la línea no se percibía pues se adelantaron para tomarle el pelo al silbante en cuestión.

No sé si usaron los frasquitos que sobraron de la campaña pasada para aprovecharlos y que no se desperdicien, o si todavía no llega la nueva carga de pintura o si de plano los árbitros andan como cansados y no le aprietan bien al tubito que a la mejor está nuevecito, pero de que las rayas casi ni se ven, eso es seguro.

Sea cual sea la causa ojalá la compongan, porque es obvio que los tramposos jugadores se adelantarán cuantas veces puedan, pues a fin de cuentas las líneas ni se ven.

 
san.cadilla@reforma.com