Christoph Kramer podrá decir que es el único jugador en la historia de los Mundiales que jugó una Final y que no la recuerda.
Este alemán de 23 años, del Bayer Leverkusen, amaneció en el gran día sabiendo que, si le iba bien, entraría algunos minutos contra la Argentina de Lionel Messi. Su sorpresa fue cuando le dijeron que sería titular en sustitución de Sami Khedira, lesionado en el
calentamiento. La felicidad apenas le duraría 14 minutos, pues un choque con el defensa albiceleste Ezequiel Garay le dejaría inconsciente. No se recuperó y fue sustituido. Su pequeño gran momento tuvo que revivirlo en los videos, porque la memoria apartó todos los detalles. "Me contaron que dejé la cancha, pero no tenía idea de cómo había llegado al vestidor", dijo al diario Die Welt. Miró el segundo tiempo entre tinieblas mentales y recuperó su lucidez cuando ya era campeón. Literalmente, casi no la cuenta.
Unas semanas antes, el defensa uruguayo Álvaro Pereira recibió un rodillazo en la cabeza en el partido Inglaterra-Uruguay y perdió el conocimiento. El médico celeste pidió el cambio, pero al borde la cancha el jugador se resistía. "¡Yo no salgo, yo no salgo!", decía amenazante, manoteando a diestra y siniestra. Y no salió. "Me metí a la cancha inconsciente", dijo después a la televisión. En las redes los aficionados resaltaban su "heroísmo" y "amor a la camiseta", y otros la falta de responsabilidad y autoridad del cuerpo técnico.
Ante Holanda dos jugadores argentinos, Pablo Zabaleta y Javier Mascherano, sufrieron incidentes similares y ninguno fue sustituido. También en la Final, un rodillazo del portero Neur mandó a la lona a Gonzalo Higuaín, que siguió jugando.
La revista Lancet de Neurología publicó recientemente un artículo que dice que este tipo de traumatismos de cráneo causan dolor de cabeza y mareos que pueden prolongarse por meses, y, de repetirse, pueden provocar "demencia pugilística". "Debido a que los síntomas de una conmoción cerebral pueden tardarse, retirar a un atleta cuando hay sospechas de un daño cerebral es la mejor precaución", dice una parte del informe.
El caso de Pereira fue tomado como ejemplo por el sindicato internacional de jugadores para reclamar a la FIFA que acepte sus recomendaciones para proteger a los deportistas. Entre ellas, que haya un médico independiente que diagnostique el caso y que el lesionado pueda ser sustituido temporalmente mientras se le examina.
No hay que esperar al Mundial de Rusia 2018, ni a que la burocracia de la FIFA avance, para concluir que los jugadores, entrenadores y dirigentes deben hacer conciencia que la educación y la prevención (aunque cuesten) son las únicas armas contra esta amenaza silenciosa que sobrevuela las canchas (y las cabezas) en todas las latitudes.
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@MUNDODEPELOTA