Amables aficionados: muchas veces nos han oído mencionar al juego de la NFL como un "ajedrez físico", refiriéndonos al enfrentamiento de las complicadas estrategias ofensivas y defensivas que se desarrollan en cada encuentro.
Este es un deporte, sin duda, que, además del talento físico-atlético de los participantes, requiere de un componente de capacidad mental y, dependiendo de la
posición jugada, son los requerimientos de inteligencia que se necesitan.
Recientemente, un artículo de Kevin Clark en el Wall Street Journal mostró datos muy interesantes, una correlación directa entre el éxito de los equipos con jugadores que terminaron sus estudios universitarios contra aquellos que contrataron a una mayoría que salieron de la universidad antes de finalizar su carrera.
Es menester aclarar que por muchos años, la NFL tuvo una política de que ningún equipo podía firmar a un jugador, mientras su generación colegial no se graduara. Con esto desalentaban a que los jóvenes abandonaran sus estudios en pos del evanescente sueño de una carrera profesional.
Esta práctica no resistió las demandas legales por considerarse atentatoria a la libertad individual del empleo y fue abandonada. Desde entonces, muchos estudiantes, alentados por los agentes que los representan, se han declarado disponibles para la Selección Universitaria, abandonando la institución educativa en su tercero o cuarto año de estudios.
Lamentablemente no toman en cuenta que la carrera promedio en la NFL dura 3.5 años y que el 70 por ciento de estos jugadores se retirará sin dinero y sin una carrera profesional.
Confirmando el tema, de los tres equipos con más jugadores con estudios terminados, dos se enfrentaron en el Súper Tazón anterior, Seattle y Denver. El conjunto con menos graduados universitarios, Jacksonville, terminó con marca de 4-12.
No creo que sea coincidencia. De la mano del título profesional va también uno o dos años más de madurez, así como la disciplina para sobreponerse a esa nada fácil combinación de ser una estrella universitaria y un estudiante de éxito.
Recuerdo hace años al mariscal de campo de los Cardenales de San Luis, Charlie Johnson, quien era ingeniero químico, y al de Cleveland, Frank Ryan, con un doctorado en matemáticas.
Finalmente, una pregunta a la FIFA. ¿Veremos algún día un arbitraje, siquiera, de siglo XX? Parecen atorados en el XIX. Por ahora, hacemos una pausa...
fvonrossum@reforma.com