Partido cardiaco

Javier Alarcón
en CANCHA


Cerró el Mundial con un partido cardiaco. Argentina con un Messi sonámbulo, llevó a los alemanes a tener que vaciar su reserva de carbohidratos para vencer. Un final de fotografía que el jovencito de 21 años, Mario Götze, resolvió con un gol de vitrina en la extensión.

Antes, Argentina hizo malabares para economizar sus recursos y dar la batalla en el terreno de la resistencia con un día

menos de descanso, por poco les resulta. Cuando el juego de ajedrez estaba siendo ganado por el técnico argentino, Alejandro Sabella, Gonzalo Higuaín desperdició una oportunidad imperdible, por la ventaja respecto al último defensor, y la posición: por el centro listo para degollar a Neuer.

Messi fue citado en el cielo con otra gran ocasión en el segundo tiempo, y decidió seguir siendo terrestre. Por eso al final, el más sereno era el técnico argentino, porque puso a un equipo inferior en calidad y cantidad al borde de la gloria.

Alemania nunca se rinde y con mejor fondo físico, aceptó incluso correr los riesgos de dejar mano a mano a sus defensas con los atacantes argentinos en el contragolpe. Claro que faltó Dí Maria, pero en el terreno de los supuestos la argumentación se vuelve blanda; del otro lado Khedira tampoco fue elegible jugando el Mundial a gran nivel.

Alemania trabajó por este logro durante 10 años, su método está blindado. Proyectan, planean y ejecutan con religiosidad sus planes de desarrollo futbolístico, por eso ganan.

No hay trucos ni genios de ocasión en la banca, se trabaja sin desviar la ruta y la velocidad sin ninguna concesión. Brasil 2014 debe servir a México para pretender acercarse a este modelo. No hay otro camino que el trabajo a largo plazo, la consistencia, disciplina y orden en la formación de jugadores y fogueo para sus Selecciones.

 
 
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