Aunque sigo opinando que Campos do Jordao es de lo más maravilloso que he conocido en Brasil, hoy no tuvimos tanta suerte.
Aparentemente la "piedra de Baú" es algo extraordinario y además tiene un efecto positivo en todos aquellos que la visiten. No es que me haya creído la onda chamanesca, pero al ser una de las mayores atracciones de un lugar tan hermoso, decidimos que valía la pena
visitarla.
El desvío por caminos sinuosos de bosque fue de más de 30 kilómetros y al llegar teníamos que dejar el auto para continuar a pie un kilómetro y medio más. Al llegar al destino todavía había que bajar y subir de regreso por un trayecto de más de 3 horas y además se necesitaba equipo especial.
Evidentemente abortamos la misión y aunque la caminata nos sirvió de ejercicio, definitivamente pudimos haber utilizado el tiempo en algo mejor.
Lo anterior demoró nuestra salida de regreso. En el camino decidimos parar a comer en un "Frango Assado", una cadena de restaurantes cuyo platillo principal es el pollo asado, bastante extensa por el territorio brasileiro.
Mi amigo el taxista me la había recomendado bastante y como fue él quien también me dio la pista de Campos do Jordao, decidí hacerle caso. Obvio, el cuate es taxista y no guía de turistas. El restaurante en cuestión, aunque es bastante grande y con muchísimas opciones, fue una decepción tanto en sabor como en servicio.
Para ser restaurante de carretera, a los empleados no les corre la vida, por lo que hicimos casi una hora en la escala; después, y para variar con eso de que anochece a las 5:00 de la tarde, llegamos ya avanzada la noche a Río de Janeiro.
La recepción del hotel estaba a reventar y más bien parecía la Torre de Babel. Al menos escuché unos 7 idiomas distintos entre africanos, rusos, algunos franceses, montones de argentinos y -para no fallar- un puñado de mexicanos.
No tienen ya lugar disponible para guardar el auto por lo que decidí devolverlo, al cabo que ahora sí estamos en la mera área de Copacabana, muy pegado a Ipanema, y además contamos con una estación de metro exactamente en la puerta del hotel.
Mis pronósticos para este fin de semana, indudablemente, son para Brasil y Alemania.
Ojo, si alguien me va a hacer caso para el asunto de las apuestas, creo que el partido de Alemania contra Argentina se puede ir a tiempos extras... después de un aburrido empate.
@hungaro_camara