Llevo 22 años viviendo en México, tiempo suficiente para colocarme la verde cuando nuestra Selección entra a la cancha, y lo hago con orgullo.
En este tiempo en que los colores verde, blanco y rojo se transformaron en el equipo de mi preferencia, el verde y amarillo pasaron a segundo término. Créanme, sólo voy a Brasil si no está México en el terreno de juego.
Ayer viví y acompañé a
mis paisanos brasileños en su sufrimiento y también sentí y entendí lo difícil que es esperar demasiado de una selección que no tiene tanto para ofrecer.
Como analista me queda claro que en el peso que representa esta histórica camiseta viene integrada la esperanza y la ilusión de siempre verlos superiores a sus rivales.
Sin embargo, en esta edición Brasil ha dejado mucho que desear, lo que no significa que no pueda ser campeón, aunque desde ya les aseguro que no es la mejor selección de este Mundial.
En un atropellado y cardiaco encuentro en donde chilenos y brasileños no lograron hacerse daño durante los 120 minutos jugados, en donde la tensión les quitaban las ideas a los jugadores y los errores hablaban más fuerte que los aciertos, los brasileños pasaron a los Cuartos de Final con desencajadas caras de desesperación y miedo, previo a los tiros penales, para luego convertirse en lágrimas de alivio al ver alcanzado su objetivo.
La dependencia de Neymar es absoluta, así como la pobreza colectiva es notoria. Su futuro parece estar en manos de su defensiva, algo anormal para la historia de este país.
No sé hasta dónde llegarán los brasileños, pero una cosa me parece segura: con el futbol que presentaron ayer no les alcanzará.
En el segundo partido de los Octavos de Final, Colombia, con mucha autoridad, ratificó el buen futbol que jugó en la primera fase ¡y que se agarren los brasileños!
Los uruguayos, sin el "Caníbal" Luis Suárez, pese a haber mantenido su esencia de guerreros, perdieron al único jugador que tenía la capacidad de desequilibrio en la zona ofensiva y aniquilaron la posibilidad de que se repitiera la Final de 1950.
Hoy le toca el turno a México. El calor aquí en Fortaleza está insoportable y quiero creer que eso beneficiará a los nuestros.
En el partido entre Brasil y Chile un error en la salida hizo sufrir a los brasileños la gota gorda para clasificarse; hoy los mexicanos no deberían tener permiso de salir jugando si están presionados, ya que la selección que mejor ha aprovechado los errores de sus rivales en la salida se llama Holanda.
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@krek9