Un mundo de diferencia
Atrás, muuuy atrás, quedaron los tiempos en que Miguel Herrera decía que el buen funcionamiento de Marco Fabián soló había sido en un juego y donde se desvivía en elogios para Carlos Peña, a quien veía como titular indiscutible.
La verdad es que el "Gullit" ha caído en un pozo del cual no ha podido salir. Todos saben que la capacidad la tiene, pero
parece que la lesión de Luis Montes le pegó de más y no lo ha podido superar.
Los que están ahí dicen que en las prácticas no le sale una, falla los pases, los tiros y el "Piojo" nada más retuerce los ojos esperando que Peña, con quién ha hablado varias veces en privado, recobre su nivel.
Exactamente la otra cara de la moneda es lo que sucede con Fabián, pelea todos los entrenamientos, le salen hasta las de sexto año y con justa razón se ha ganado ser el cambio recurrente de Miguel y tener grandes posibilidades de ser titular el domingo ante Holanda.
Otro de los que anda irreconocible es Isaac Brizuela, quien tampoco anda fino, al punto que algunos de sus compañeros ya le pidieron que juegue como en el Toluca ¡Qué manchados!
De los cepillados el que no baja los brazos es Alan Pulido, ya les había contado que andaba agüitado, pero la verdad es que la rompe en las prácticas, donde demuestra su talento día a día, pero ni eso le ha dado minutos y ahorita ni cómo criticar al "Piojo" por no usarlo.
Sangre... ligera
Ayer se esparció el rumor de que la barra La Sangre Azul se manifestaría en contra del presidente Guillermo Álvarez Cuevas en el Corporativo de Cruz Azul, con la curiosidad de que los barristas ni por enterados estaban de su "cita".
Resulta que en medio del pleito que sostienen los cooperativistas depuestos de sus cargos contra el dirigente, a alguien se le ocurrió decir que hasta los integrantes de la barra expresarían su inconformidad por cómo se manejan las cosas en el club, algo que suena imposible.
Y es que si hay una barra que tiene cercanía con su directiva esa es precisamente La Sangre, que incluso ha trabajado a la par del club a la hora de crear mosaicos en las gradas y que aceptó sin chistar la sanción de no entrar a varios partidos luego de invadir la cancha hace un par de torneos.
Es más, tan defensores de los intereses de Cruz Azul se sienten que alguna vez fueron los mismos barristas quienes lanzaron agua a ciertos comentaristas que criticaban a los jugadores cementeros.
La mentada manifestación terminó por ser ridícula porque justo ahora los barristas quieren ser blancas palomitas, ya que de su conducta dependerá el que les dejen otra vez utilizar toda la Cabecera Norte y no sólo la mitad, como ocurrió en el último torneo tras la invasión.
san.cadilla@reforma.com