Hay días que parece que nada va a suceder, pero sacudiéndose la hueva uno siempre encuentra algo qué hacer.
Si bien en este pueblito no va a haber una cumbre de presidentes de América Latina ni nada por lo que se le recuerde a nivel mundial, la verdad es que ahora que nos dimos una vuelta al centro tiene su muy particular atractivo.
Tiene unas cinco calles peatonales tipo 5ta.
Avenida de Playa del Carmen y aunque lo que aquí se vende es infinitamente más chafa, tiene su atractivo y sabor local.
Nos ofrecieron un paseo en boogie, te llevan por las playas y luego unos caminos arbolados preciosos para llegar a las albercas naturales más grandes del mundo.
Son 3 kilómetros de albercas ininterrumpidos con paredes de piedra natural que les dan un toque especial. Esto resulta particularmente útil, pues todo aquí es mar abierto y hay muchos tiburones.
Adicionalmente, al menos en Recife, el oleaje es horrible y amén de los mencionados escualos, impide nadar libremente aunque claro que siempre hay surfos o raza extrema en todos lados y aquí no es la excepción.
Los choferes son medio salvajes y yo casi salgo volando en una vuelta, nada divertido hubiera estado terminar con un brazo fracturado en un hotel de pueblo a miles de kilómetros de casa. Lo bueno es que no pasó a mayores y de todos modos disfrutamos bastante el paseíto.
De regreso nos dejaron en el pueblito y buscamos un restaurante en donde ver el juego de Alemania vs. Ghana. En el primer tiempo parecía que nada iba a suceder y que 0-0 se iba a registrar, pero ambos equipos nos regalaron un excelente partido jugado al tope con ganas y actitud mundialista.
El dato del partido es que Miroslav Klose alcanzó a Ronaldo con la mayor cantidad de goles anotados en Copa del Mundo -con 15- y habiendo tantos partidos por delante, veo muy factible que el récord sea vencido.
El partido más bien era el pretexto para tomarnos unas chelas con calma en el pueblito, acompañadas de unas coixinhas, bolinhos de queixo y empadinhas.
Los primeros son unas bolitas de masa rellenas de pollo con queso -también hay de otros sabores-, los segundos son unas bolitas de queso y las últimas son empanaditas.
A mí me tocó una de bacalao que no ha sido de mis sabores favoritos desde que llegué a estas tierras y otra de queso que tampoco era lo máximo.
Tenemos planeada una fiesta en un bar que descubrimos en la playa. Mañana les platicaré si fue con cachaza, ron o a ver si soy tan afortunado de volverme a encontrar un buen tequila.
@hungaro_camara