Con mejor futbol que el esperado sigue desarrollándose la Copa del Mundo de Brasil 2014.
Es cierto que algunas potencias han decepcionado, empezando por la de España, que culminó de forma desastrosa, incomprensible, una larga y brillante época en la que escribió páginas memorables que ameritaban un epílogo distinto.
O Brasil y Argentina, que para nada han enseñado ese futbol que los
ubicaba, y se supone que sigue ubicándolos, entre los principales candidatos para pelear por el título.
O Inglaterra, que ni jugando por encima de lo esperado pudo hacer lo suficiente para siquiera llegar a su cuarto partido.
Pero también es indudable que otras, como Alemania, Francia y Holanda, han confirmado con creces su condición de favoritos... o se han apuntado en esa lista.
Además, entre otras cosas, este Mundial se ha encargado de confirmar que en el futbol, a diferencia de otros ámbitos, los más poderosos contemplan cada vez menos lejanos a los supuestamente más débiles.
Entre esas "previstas" víctimas, los ejemplares ticos se han encargado de ofrecer la nota más destacada, con sus dos meritorias victorias y su brillante clasificación en este Mundial de "concakafkianos" instalados de lleno en el futbolero realismo mágico.
A similar camino aspira el equipo mexicano, que después de dos buenas actuaciones (en realidad, magnífica la segunda), estará el lunes ante el compromiso de redondear la tarea.
Ante el representativo de Croacia, estos revitalizados tricolores intentarán confirmar la reducción de distancias y asestar en tierras brasileñas otro concakafkiano golpe.
Evidentemente tienen con qué.
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