Ha impresionado Croacia por saber poner al servicio de la fuerza del equipo los atributos individuales de jugadores completísimos. Para organizar ataques son ejemplares: gran manejo de balón, técnica, velocidad, desequilibrio y contundencia. Sobra hablar de los nombres que tienen mayor cotización en el mercado.
El poder de Croacia radica en un buen criterio táctico para potenciar las
condiciones individuales y ese orgullo personal que se traslada a la eficacia profesional.
En eso se parece mucho a lo que diseña Herrera. Más allá de los errores arbitrales que le facilitaron el triunfo a Brasil contra los croatas, lo que quedó claro es que su trabajo defensivo no es tan bueno como su ataque.
Croacia concede ventajas al perder la pelota e intentar recuperarla; lo mismo que suele pasarle al Tri. Sus delanteros parecen pasar por un mejor momento que los nuestros. México y Croacia dependen de la posesión, de los toques cortos y rápidos, del trabajo solidario, de la resistencia física y las líneas juntas. Será un partido intenso, de muchos roces y libertades para los atacantes por los costados.
Me asusta el asunto de que necesitemos un empate para clasificar. Cuando buscamos condicionar con base a la especulación y el mínimo esfuerzo, solemos llevarnos verdaderos chascos.
La chamba de Herrera consiste en convencer al jugador que se olvide de esa mínima necesidad. Porque en la medida que logre que sus jugadores salgan a ganar, lo del empate pudiera darse por méritos y no como resultado de escatimar esfuerzos.
México debe salir a buscar la victoria con todo lo que tiene, sin descuidar su defensa.
Croacia ha jugado mejor que Brasil e incluso que México. El duelo que luce parejo sólo en la medida en que el Tri incremente su rendimiento. Para eso es necesario que Oribe y Gio no le dejen la tarea divina a Ochoa, porque los milagros sólo ocurren de vez en cuando.
jalarcon@reforma.com
@Javier_Alarcon_