Se agotó el tiempo de preparación para nuestra selección, el futbol mexicano tiene una cita con la realeza futbolística mundial, ya no hay lugar para dudas, desconfianza, ego o extravagancias.
De aquí en adelante lo que se hizo o se dejó de hacer se verá reflejado en cada partido, y cada minuto de los encuentros que se disputarán deberá ser considerado una oportunidad única para poder
alcanzar el éxito.
Si soñamos con llegar al tan famoso quinto partido en esta justa mundialista, el juego en conjunto y sobre todo la actitud deberán ser el punto de equilibrio cuando nuestros rivales nos superan en calidad.
Las dos derrotas consecutivas en el cierre de su preparación deberían ser motivos de preocupación si las formas hubiesen sido similares, pero el paupérrimo futbol desplegado frente a Bosnia tuvo una notable mejoría al enfrentarse a los portugueses, que ,dígase de pasada, sin Cristiano Ronaldo es un equipo común y corriente.
En lo personal, siento que de los cuatro encuentros de preparación, los últimos dos evidenciaron lo intermitente que puede ser el Tri de Herrera al tocar fondo en un encuentro y por otro lado dar un digno partido frente a Portugal, aunque se me hizo inquietante verlos jugar mejor que su rival sin que su superioridad se reflejara en el marcador final.
Frente a Bosnia la ineficiencia en la zona de creación dejó prácticamente sin trabajo a los delanteros y tres días después al enfrentarse a Portugal la manifiesta mejoría en la generación de futbol en la media cancha no contó con la efectividad de sus delanteros. Al final, el juego aéreo volvió a hacer daño a la defensiva mexicana.
Estamos como cobija de pobre, tapamos los pies y descubrimos la cabeza y viceversa.
Cometer tantos errores en las dos áreas ha sido el "coco" de esta selección y que casi nos dejó sin Mundial. Queda una tarea sumamente complicada para Miguel Herrera: tiene una semana para tratar de corregir entre cuatro paredes un padecimiento que no pudo arreglarlo en el terreno de juego.
Creo que estamos de acuerdo en que nuestra selección ni en las eliminatorias y tampoco en los partidos de preparación nos dio motivos sólidos para confiar en que este Mundial no navegará por los mares del fracaso.
Con la esperanza de ver mi poca confianza en esta selección convertida en una contundente equivocación, apelaré a lo "metamorfósico" que suele ser nuestro futbol, que puede verse tan oscuro como en la recién terminada eliminatoria o tan iluminado como en algunos partidos de anteriores Mundiales frente a poderosas selecciones.
Que la actitud de los jugadores y algo de suerte nos acompañen.
careca@elnorte.com
@krek9