Con una alineación más apegada a lo que veremos en el primer encuentro mundialista frente a Camerún, Miguel Herrera, con el afán de aclarar algunas dudas, terminó por encontrarse con un gigantesco problema.
Si entre los motivos por los cuales se agendan los partidos de preparación obviamente está el levantón anímico y de confianza que otorgan las victorias, este encuentro frente a los
ecuatorianos fue la excepción al demostrar qué tan doloroso y costoso puede ser un triunfo.
Perder al jugador que atraviesa el mejor momento futbolístico dentro de nuestro País fue un golpe muy duro que no se puede alivianar ni con los 3 goles ni tampoco con la victoria obtenida.
La cara de preocupación y hasta de desconcierto del "Piojo" Herrera en el momento del accidente me hizo imaginar lo que estaría pensando el técnico del Tricolor: que sólo sea un golpe.
Eso también fue lo primero que pensé, hasta antes de ver la repetición de la jugada que no dejaba la menor duda de que éste sería el más trágico momento en la vida futbolística de Luis Montes.
En la actualidad del futbol mexicano no hay un jugador con la claridad, inteligencia y técnica individual de Montes.
Señores, la magnitud de esta pérdida podría llegar incluso a un cambio en la forma de jugar inicialmente ideado por el técnico nacional.
La Selección Mexicana acaba de perder al único jugador creativo que tenía, el que juega y hace jugar a sus compañeros, el que le da la pausa al juego, el que marca los tiempos.
También perdió al jugador de los certeros tiros de media distancia, como el de ayer, que terminan en las redes adversarias, obligando a que el encuentro tenga un cambio en un panorama que parecía muy complicado.
Lamentablemente así son de inesperados los accidentes y si queremos buscar un culpable para aliviar nuestra molestia debemos dejar a un lado los necesarios partidos de preparación y enfocarnos sólo en la jugada.
Montes fue traicionado por su exceso de enjundia y por la motivación del gran gol que había anotado minutos antes de lesionarse.
Lamentablemente el destino fue muy cruel con el jugador del León por disputar con todo y su alma una jugada intrascendente y a destiempo.
Del partido poco podemos rescatar. Yo esperaba más de ambos y de no haber sido por la lesión de Luis Montes yo indicaría el resultado como una fuente de confianza para los jugadores mexicanos, pero lamentablemente en esta victoria el Tricolor perdió.
"Acá entre nos", me costó mucho trabajo contener mis lágrimas al escribir esta columna. El hecho de saber con exactitud lo que Montes está sintiendo me regresó en el tiempo y me trajo recuerdos no gratos.
Le deseo una pronta recuperación.
careca@elnorte.com
@krek9