San Cadilla
en CANCHA


A tragar orgullo

Pues las Chivas decidieron echarse el pleito a la bolsa.

No cabe duda que el miedo no anda en Chiva, porque aquellas frases de Jorge Vergara llamándolo "conflictivo", "soberbio" y demás se las tuvo que tragar.

Digo, nada que no hubiera hecho antes con Ricardo La Volpe, Raúl Arias y chorrocientos etcéteras.

Eso sí, negociazo no fue, no olviden que ya

había sido intercambiado hace dos años por Omar Arellano y el dueño tumbó la negociación y en su lugar llegó el "Cherokee", ¿ya se les había olvidado?

Pos de aquel lateral no quedaron ni cenizas y ahora tuvieron que desembolsar cerca de 5 millones de dólares más Víctor Perales para agarrar al famoso "Pleititos", ahora más viejo.



Ahí se ven

Ojo, no se confundan, yo no digo que sea mal jugador o una mala contratación, ¡al contrario! Es de lo mejorcito que Chivas pudo encontrar en el mercado, pero es evidente que su calidad en la cancha resalta al mismo nivel que sus desfiguros fuera de ella.

Porque en cada equipo ha hecho sus numeritos, aunque empezaron a ser más sonados desde que traía una pistola en el vestidor americanista y que culminó con el episodio del capitán de agua.

Después se dio aquella historia que ya les platiqué cuando en Monterrey se enojó con Víctor Manuel Vucetich porque fue relevado en un juego en Pachuca y, en lugar de irse con el equipo, que viajó en autobús al DF para de ahí volar a Panamá a un duelo de la Concachampions, se fue en carro con su familia y los alcanzó en el hotel.

Claro, esto lo hizo avisándole al auxiliar Carlos Barra, el único problema es que no le dieron permiso y al delantero le importó un cacahuate. A partir de ahí ya no fue considerado de la misma manera por Vucetich y hasta lo dejó en Monterrey cuando se fue todo el equipo al Mundial de Clubes.



Repite la historia

Luego ya en Pachuca parecía (otra vez) que había madurado, pero de pronto un día cualquiera en una práctica el atacante se salió del entrenamiento.

Cuando alguien del cuerpo técnico se le acercó para saber si estaba bien, el angelito nomás contestó "sí, todo bien, pero tengo otro compromiso, luego me reporto", y sin más simplemente se peló.

Claro que la cara de "what" no se les borró en un buen rato y eso marcó su salida.

Después en Veracruz, al ser dirigido por Juan Antonio Luna, quien logró sacarle jugo en San Luis, se pensó que podía rendir.

Tras arrancar de maravilla en el Apertura 2013, en diciembre su directiva decidió no aceptar el intercambio con Toluca cuando ya el jugador se veía vestido de diablo.

Pues en protesta a lo anterior para la Jornada 1, ante Jaguares, se autoenvió a la banca, pero su explicación no fue esa, sino la inverosímil justificación de que desde la banda iba a apoyar más al equipo echándoles porras. No pos sí.



La medicina

Ahora, aunque lo escuchemos que se portará de maravilla, que "Omniyorch" asegure que el jugador ya cambió, se reformó y ya es otro, la realidad es que los olmos no dan papas... ¿O cómo era?

El patrón de conducta de Reyna es claro: Llegará, la romperá en los primeros partidos, se apoderará de todos los halagos... y después de 4 o 5 fechas irá a menos y aparecerán los conflictos.

¿Vale la pena correr el riesgo? Yo digo que sí, y que a directivos, cuerpo técnico, jugadores y aficionados les quede claro que se le bota un tornillo. Ya lo dijo Fidel Kuri: la "medicina" con Reyna es apapacharlo. ¿Así o más claro?

Eso sí, a mí me da harta curiosidad cómo será la relación con el "Pleititos" de algunos chivas, en específico Omar Bravo, quien es el capitán y tiene mecha corta. Digo, si con el "Pato" Araujo se dio de manotazos, empujones y gritos en plena cancha. ¡Imagínense!

Lo único que estoy seguro es que esta versión de Chivas será mucho más eléctrica y divertida para seguir que todas las anteriores.



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