No sólo de patadas a la pelota viven los futbolistas, también deben estar preparados para recibir las patadas en su trasero cuando su bajo rendimiento habla más fuerte que su trayectoria.
Entiendo y comparto con la directiva de los Tigres el colocar transferible a Lucas Lobos, ya que su rendimiento vino a la baja desde hace un año.
Su edad, 32 años, agudizó sus problemas en la
rodilla, físicamente le costaba mantener el ritmo en un partido y, para empeorar las cosas, un problema en la salud de su hijo lo mermaba mental y anímicamente.
Todo lo anterior son sólidos argumentos para enviarlo al Draft, pero lo que me dio mucho coraje fue ver cómo su directiva transformó al ídolo y uno de los mejores extranjeros que han jugado en esta institución en una moneda de cambio, que se escucha y se siente despectivo, sin tacto y nulo sentido común.
La forma como se dieron las cosas evidenció la torpeza con que su directiva trató el asunto. Está más que obvio que ni Miguel Garza ni Alejandro Rodríguez entienden lo que es ser un ídolo y cuánto le cuesta a un jugador ser considerado como tal.
Tan sencillo, como coherente, era hacer una rueda de prensa para dar a conocer la decisión de enviar a Lobos al Draft.
Luego, agradecer públicamente a quien le ha dado tanto a Tigres que terminó por convertirse en el ídolo de la afición felina y de paso mantener abiertas las puertas de la institución a un jugador que portó con mucho respeto y dedicación los colores azul y amarillo.
Seguramente eso es lo mínimo que haría la directiva de un equipo que pretende ser considerado como grande.
Lucas Lobos no ha sido un jugador común y corriente dentro de la institución, pero recibió un trato como cualquier vividor futbolista que pasa desapercibido por el club, cobra y se marcha.
Es imperdonable que los de pantalones largos traten de una forma tan burda a una persona que le dio más a la institución que ellos mismos.
Señores, quiero hacer pública, no sólo la insensibilidad de la directiva felina en el caso Lucas Lobos, también quiero hacer público mi agradecimiento a Lucas por los muchos minutos de grandeza futbolística que nos divertían y nos impresionaban, por los driblings a sus marcadores que nos hicieron reír y por los grandes goles que nos enchinaron la piel.
En verdad, en nombre de mucha gente te digo: Gracias, Lucas Lobos, y, como diría Alicia Villarreal, les quedó, a los directivos felinos, grande la yegua.
Gracias, Lucas, y espero que en el Toluca recuperes el nivel que sabemos que tienes.
De mí se acordarán.
careca@elnorte.com
@krek9