Una lista X

Javier Alarcón
en CANCHA


Francamente da lo mismo a quiénes elija Miguel Herrera para estar en Brasil 2014.

Hay lo que hay, y todo se circunscribe, en cualquier país, al gusto del entrenador. Eso es, lo que a él le parezca adecuado bajo las características que cree necesita el equipo mexicano para intentar jugar como bloque. No hay grandes diferencias entre unos y otros, sinceramente.

Debe tener claro que no

dejará satisfecho a nadie, que lo único importante es que su conciencia lo esté. Que no le gane la debilidad afectiva en detrimento de la calidad, ese es el gran reto, y de todas maneras no logrará decisiones unánimes ante la crítica. No le debe nada a nadie. Y nos podrá parecer que falta sutano y sobra perengano; es absolutamente intrascendente.

En todos lados se cuestionan las convocatorias, pero en México es auténticamente un deporte nacional especular sobre los intereses comerciales y de los promotores para llevar o no, a ciertos jugadores. Con todo respeto, creo que la caballada está flaca, que no hay, salvo Carlos Vela, jugadores que su momento exijan a gritos una convocatoria.

Miguel debe saber, y estar preparado para eso, que hoy es el bienamado y que mañana puede volver y recibir insultos en un restaurante. Ese es desgraciadamente el nivel de volubilidad que permanece entre la crítica especializada y los juicios de los aficionados de a pie. Y puede que allí radique la fuerza del equipo mexicano. Si no salen presionados, si no son favoritos de nada, si no hay grandes egos condicionando titularidades, el equipo mexicano puede comportarse solidario y esforzado para, en ese ambiente de libertad, desplegar las mejores muestras del talento que en su nivel, tiene el futbolista nacido y hecho en casa.

Lo de la portería se ha vuelto un tema muy sobado. Hay cuatro porteros de indudable calidad, y dos en particular que viven un gran momento: Talavera y Corona, pero hasta los cuarentones Oswaldo y Óscar Pérez, podrían hacerlo bien.

El problema puede ser el de siempre. Sí, la falta de gol. No le pidamos peras al olmo cuando no está la tierra fértil. Dejemos de juzgar y cuestionar con tanta simpleza lo que determinará el técnico. Es su derecho y potestad, y difícilmente hará más de una designación explosivamente sorpresiva como todos sus antecesores.

Están los que él prefiere y punto. También debemos madurar y responder de manera distinta en los medios a la hora de entender que cada quien tiene una muy respetable lista en la cabeza. Viene la de Miguel. Simplemente.

 
 
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