Como no es correcto hablar de los ausentes, les dedicaré sólo unas líneas en nombre de sus aficiones, unos breves pero sustanciosos comentarios.
Hablemos de los presentes: cuatro sobrevivientes que decidieron darle rienda suelta a sus posibilidades ofensivas en lugar de economizar ventajas. Aunque Santos y Toluca sufrieron por lapsos en los juegos de ida, en los de regreso se empeñaron en
agobiar a sus adversarios y correr los riegos necesarios para esa postura agresiva.
En ese sentido, Pachuca ha sido gratamente la sensación al entender que debía jugar sin ningún tipo de inhibición en Ciudad Universitaria; y encontró una increíble recompensa al no recular. Pachuca y Santos, no olvidarlo, clasificaron de rebote y de milagro; hoy son grandes candidatos a la coronación. Entre los ausentes, ha sido evidente cómo América y Cruz Azul se comportaron con una timidez vergonzosa que terminó por engrandecer a sus rivales.
No hay manera de no reconocer los méritos de Santos y León para eliminarles, pero encontraron en Águilas y Cementeros a los cómplices perfectos. Está claro que en el futbol mundial, el visitante se siente ganador con el empate. Son muy raros los DTs que declaran no estar satisfechos con un punto de visitante.
Salvo en los casos de un líder imparable que tropieza en casa de un sotanero, casi todo mundo se siente a salvo con un punto fuera de casa. En México esta conducta se ha llevado a niveles extremos en detrimento de la intensidad y ritmo del juego. Basta mirar la Liguilla para darnos cuenta de lo mucho que se deja de ofrecer en el trámite lento y aburrido de las 17 jornadas.
Los locales batallan como hormiguitas para tratar de provocar algún espacio que les dé el gol, y entonces la incomprensible mutación: el local se echará para atrás y el visitante mostrará sus mejores argumentos ofensivos.
¿Hay algo más típico que eso en el futbol mexicano?. ¿Será como decía aquel, "para evitar la fatiga"? ¿Indolencia? ¿Zona de confort? ¿Entrenadores comodinos? ¿Falta de método y voluntad para un acondicionamiento físico apropiado? No sé, pero no abona a la calidad del juego/negocio. No fomenta la excelencia este clásico comportamiento de los componentes del futbol mexicano. Premiemos al local que gane por más de 3 goles, y al visitante que gane con 4 puntos. Prueben. El cambio sería inmediato y espectacular.
La Liguilla es embustera con el resto del torneo y nos confunde sobre la calidad de nuestros jugadores.
jalarcon@reforma.com
@Javier_Alarcon_
