La Dominguera

San Cadilla
en CANCHA


Abrir las fronteras
 
Es el momento más oscuro de las noches aciagas del Club Guadalajara.

No es sólo que las Chivas lleven años navegando en la mediocridad de resultados indignos para su prosapia y arrastre, sino que ahora van dejando a su paso una estela de escándalos.

Eso podría resultar meramente anecdótico, de no ser porque el futuro no pinta nada prometedor en lo

futbolístico.

Creo que sería conveniente poner en la agenda rojiblanca la posibilidad de contratar naturalizados. Es hora de hablar del tema, aunque no lo quieran.

Pero antes de que hagan campaña para quemarme en leña verde o comiencen a lanzarse envueltos en banderas desde el Castillo de Chapultepec denme la oportunidad de por lo menos argumentar.

 
 
LA REALIDAD
 
Las Chivas son un equipo con condiciones muy particulares en un futbol único en el mundo.

Sí, yo sé muy bien que el Guadalajara le adeuda su popularidad al Campeonísimo y sobre todo a su política de sólo mexicanos, pero es evidente que ya no le alcanza.

Y lo malo no es eso, sino que tenga las manos atadas por el "Pacto de Bandoleros".

En cualquier futbol civilizado y que respete las más elementales normas de la FIFA, el Rebaño tendría la oportunidad de ir por el jugador que quisiera. En el balompié tenochca es imposible.

Por poner un simple ejemplo, si la Liga MX respetara las reglas internacionales, las Chivas ya se habrían hecho de Alan Pulido, quien asegura que no tiene contrato, mientras su club afirma lo contrario pero no le muestra el documento que lo pruebe.

El prometedor delantero norteño podría llegar libre y con el contrato de su vida, pues el Rebaño se ahorraría el costo del traspaso.

Si en el futbol nacional se respetaran las reglas de la FIFA, el Guadalajara podría ir y pagar las cláusulas de rescisión del "Gullit" Peña y el "Chapito" Montes al León y hacerse de este par de jugadores en un tris.

¿Que si se las ponen muy caras? No lo creo.

Acuérdense que las cláusulas de rescisión deben ir de acuerdo al salario.

Si bien no existe un porcentaje exacto, es imposible que un jugador, por poner un ejemplo, que gana 30 mil dólares al mes, tenga una rescisión de 10 millones de dólares.

Entonces, gracias al famoso "Pacto de Bandoleros", las Chivas tienen las manos amarradas.

 
 
AUSENCIA DE TALENTO
 
El último título del Guadalajara data de diciembre del 2006. Aunque parece reciente, está próximo a cumplir ocho años.

¿Recuerdan la columna vertebral de ese equipo? Oswaldo Sánchez, el "Maza" Rodríguez, Gonzalo Pineda, Ramoncito Morales, el "Bofo" Bautista, Omar Bravo y el "Venado" Medina, en aquellos entonces material de Selección.

Es un hecho que a partir del 2005, de la famosa Confederaciones donde jugamos como nunca y perdimos como siempre, creció el mercado para el jugador mexicano en Europa.

Es decir, para conseguir los mejores jugadores mexicanos, el Rebaño ya no sólo tiene que competir con los demás clubes poderosos sino con los europeos. Esa tendencia no existía tan marcada antes. Ni pensarlo en la época de las "Súper Chivas" de Salvador Martínez Garza, que muchos toman como referencia.

En el pasado receso invernal, Paco Palencia hizo negociaciones para traer a Héctor Moreno; de entrada el Espanyol estuvo de acuerdo en comenzar a negociar, pero de inmediato el jugador puso un alto manifestando su deseo de seguir jugando en el viejo continente. Se acabó la gritería.

 
 
CREANDO FAMA...

Por si todo lo anterior fuera poco, la manera de manejar el equipo (o mejor dicho, desmanejarlo) de Jorge Vergara, ha hecho que los pocos jugadores de calidad que quedan disponibles no estén precisamente peleándose por venir.

Bueno, ni siquiera los entrenadores. De hecho, les puedo anticipar que en los primeros acercamientos con Chepo de la Torre y Víctor Manuel Vucetich ambos dijeron "no gracias"; les van a seguir insistiendo, pero de verdad no están interesados en venir al Club Guadalajara a que les corten las uñas y algo más.

En el balompié tenochca cada vez se corre más la voz que en las Chivas a nadie de los que llegan le va bien.

 
 
EL DEBATE
 
Por todo esto, me parece oportuno que aparezca el debate de admitir naturalizados en el Club Guadalajara.

Sí, son jugadores que por ley son mexicanos, entonces ¿por qué negarles un derecho a trabajar en un lugar? ¿se imaginan todas las posibilidades de refuerzos que se abrirían de inmediato?

No nos hagamos. El resto de los clubes tiene, por lo menos, cinco nacidos fuera de México más los naturalizados. Es una gran desventaja, y que no va a cambiar. Los directivos no están dispuestos a perder este negociazo redondo de la importación de foráneos.

Insisto, no es que yo quiera acabar con la esencia del Guadalajara, sino que creo es tiempo de ser realistas y ver opciones.

Por supuesto, lo mejor para las Chivas y el gremio de jugadores sería acabar con el "Pacto de Bandoleros" y reducir los extranjeros, pero es por eso que veo más fácil aceptar naturalizados.

¡Qué! ¿De qué se ríen?

 
 
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