No sólo la fiesta de la Liguilla mexicana y el nivel de los encuentros se mantiene al alza, también la maldición del superlíder ya hizo acto de presencia.
A pesar de la intensa e insistente lluvia que cayó sobre la capital del País, Cruz Azul y León nos brindaron un gran partido en donde la moneda estuvo en el aire los 90 minutos.
Fiel a su estilo y obligado por el reglamento, el
León salió en la búsqueda del gol desde el minuto uno.
Su atrevimiento dio vida al arranque del partido y a la vez le costó caro, ya que se vio abajo en el marcador con un 2-0 que parecía ser una losa demasiado pesada para el equipo de Matosas, que se veía desordenado en la cancha, pese a tener más la posesión de la pelota.
Con contragolpes muy efectivos, La Máquina arrancó el encuentro enseñando qué fácil se llega al arco rival cuando se cuenta con la velocidad, el desequilibrio individual y los espacios que otorgaba el León en su zona baja.
El Cruz Azul dejó atrás el mote de equipo frío y con una interesante combinación de técnica, eficiencia, orden y mucho coraje logró su primer objetivo: anotar goles y obligar al León a abrirse.
Cuando las cosas parecían tomar un rumbo lógico, con un panorama muy predecible, un León desesperado, desordenado y abierto para ser fatalmente contragolpeando, el equipo de Matosas reaccionó y Cruz Azul dejó de ser el equipo que yo pensé que llegaría al título.
El color azul, que representa la tranquilidad y la amistad, de una forma totalmente inesperada volvió a representar el fracaso cuando de Cruz Azul se trata.
Es lamentable y difícil de explicar lo que pasa con este equipo que aunque hizo un buen trabajo en este torneo, al ser considerado grande la exigencia es ser campeón, ya que de lo contrario se considera un fracaso.
El color verde representa la esperanza, y con un León anímicamente renovado, tomó un tono más fuerte y podría representar el éxito en este Clausura 2014.
El equipo de Matosas demostró que sus pobres números en la liga están plenamente justificados por haberse dedicado a la Copa Libertadores, pero con el equipo completo en cancha y un solo objetivo en mente: la Liguilla, cuenta con todos los argumentos para ser campeón.
DAN GUERRA
Los Guerreros estaban obligados a golear a uno de los equipos más grandes de México y cumplieron una misión aparentemente imposible a base de capacidad y eficiencia, cualidades que los podrían llevar a buen puerto.
Nadie lo esperaba, tal vez ni ellos mismos.
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@krek9