El gran error de los dirigentes regiomontanos fue el no renovar a sus jugadores cuando se encontraban en la cúspide.
Los jugadores nunca dejarán de ser entes extraños. Lejos de comprometerse con la fama o los jugosos contratos, invariablemente optan por girar 180 grados y, en lo oscurito, abandonan la formalidad del sacrificio.
A todos éstos de alguna manera el carácter los sacó de
la miseria y el compromiso fue lo que los movió a la acción. Pero tan pronto adelgazaron el término "autodisciplina" dejaron de ascender.
Hoy, con dos equipos ausentes de la Liguilla del tamaño de Tigres y Monterrey, hay que subrayar el concepto "autodisciplina" porque en el futbol mexicano existe una alucinación generalizada cuando se toca el tema de la motivación.
En esta industria casi cualquier futbolista que ha llegado lo suficientemente alto fue capaz de motivarse a sí mismo. Y si hacemos a un lado las trilladas farsas del amor a la camiseta y el respeto a la tribuna, desenmascaramos que la mayoría de los jugadores juegan por sus propias carreras, más que para un club o un entrenador.
Y no obstante que los directivos de sobra se dan cuenta, embriagados gracias a los halagos recibidos por contar con un plantel plagado de figuras, por un lado, nunca se atreven a enfrentarlos en una batalla mediática, conscientes de que en materia de popularidad tienen todas las de perder.
Y por el otro, para ellos la fascinación por los dólares involucrados en una posible venta siempre se antepondrá a cualquier valor disciplinario.
En medio de esta realidad, las instituciones de futbol les solapan a sus celebridades días de descanso injustificado, borracheras, accidentes automovilísticos, positivos de dopajes, consumo de sustancias alucinógenas, embarazos fuera del matrimonio, desórdenes mentales y hasta órdenes de aprehensión.
El jugador con notoriedad sabe de sobra que es un activo porque el directivo y junto con el entrenador, lo trata como tal. Y mientras el contrato esté vigente, la mesa siempre estará servida para hacer de su estadía en el club una vida tan placentera como la de cualquier hijo de papi.
Digan lo que digan, nosotros podemos señalar a "Tuca" Ferretti o el "Profe" Cruz, pero nadie pude negar que con tantas supuestas figuras en ambos planteles la falta de generosidad para comportarse como profesionales las 24 horas del día, los siete días de la semana, fue el verdadero detonante del pésimo año que la afición regiomontana pagó sin recibir nada a cambio. ¿No cree usted?
PD: "Un compromiso total es de suma importancia para alcanzar el máximo rendimiento". Tom Flores.
Lo escrito, escrito está.
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