Largo, pero justo proceso

Fernando Von Rossum
en CANCHA


Amables aficionados: les comentaba la semana pasada sobre el cambio que vendrá en el deporte universitario norteamericano si prevalece la decisión legal de poder sindicalizar a los jugadores de futbol americano.

El logro de los elementos de la Universidad de Northwestern no es menor si consideramos los enormes montos de dinero que se manejan en esos programas colegiales.

Por

ejemplo, el departamento atlético de la Universidad de Texas ingresó 165 millones de dólares el año pasado, 109 de ellos por parte del futbol americano, con una utilidad total de 27 millones.

Alabama aportó 143 millones, Florida 129, Ohio State 123 y Michigan 122. Texas y Alabama ingresaron más dinero a sus universidades que todos los equipos de la NHL juntos y que la gran mayoría de los de la NBA.

Por eso la importancia de la sindicalización mencionada, con los jugadores siendo no sólo estudiantes sino empleados de las universidades.

Pronto reclamarán para sí parte de estos cuantiosos fondos que terminarán, como les comenté igualmente, con un precario amateurismo colegial.

Faltan todavía años de apelaciones y argucias legales y favorece a las casas de estudio que dichos jugadores-empleados solo están cuatro años en las aulas y campos deportivos, faltando quizá la continuidad en el largo desarrollo legal, pero de que las cosas cambiarán, no hay duda. La pregunta es, ¿cuándo y cuánto?

Por otro lado, que innegable es la influencia genética en el desarrollo de ciertas actividades.

Tenemos el ya conocido caso de los hermanos Manning, hijos a su vez de un destacado mariscal, pero existe otro grupo, los Matthews, que ha sido el más grande aportador de talento a la NFL de un sólo grupo familiar.

Uno de los dos mejores tacles ofensivos que estarán en la próxima Selección Colegial es Jake Matthews, quien jugó en la Universidad de Texas A&M y del cual veremos ahora su árbol genealógico.

Su papá es Bruce Matthews, quien jugó 18 temporadas con Houston y Tennessee y es miembro del Salón de la Fama; su tío, Clay Matthews Jr., fue destacado apoyador con Cleveland; su hermano, Kevin, es actualmente centro de los Titanes de Tennessee y su primo Clay es apoyador externo con los Empacadores de Green Bay.

Y como su hermano menor, Mike, juega en su misma universidad, parece que la mata, el muy fértil plantío de los Matthews, seguirá floreciendo.

Por ahora, hacemos una pausa...


fvrossum@reforma.com