A veces el torneo mexicano es el requisito para dedicarse a otras cosas y descuidarlo.
Este fin de semana, León, Cruz Azul y Toluca utilizaron cuadros decididamente suplentes para preservar a sus titulares en otras competencias. Concachampions y Copa Libertadores aturdan por actuaciones mexicanas en instancias importantes, por lo que dichos clubes decidieron poner en segundo término el
torneo local.
Por supuesto que tienen derecho reglamentario a ello: ocupan jugadores registrados, profesionales y por lo tantos incluidos en su nómina.
Del lado del espectador también puede haber entendimiento a la decisión: actuar en un Mundial de Clubes o a las instancias más altas del torneo sudamericano, justificarán cualquier cosa.
Quien sufre sin embargo es el torneo casero, que merece mayor respeto. Si bien es cierto que a Toluca y a León les alcanzó para ofrecer uno de los mejores partidos del fin semana y que La Máquina alcanzó sobre la hora al Pachuca, también lo es que dejaron lo mejor para otro día.
¿Qué pensaran quienes pagan derechos de transmisión de estos equipos? ¿Quedaran tan conformes con el argumento que desde su óptica puede ser menos convincente? ¿O quienes pagan un abono para ver a su equipo? ¿O los patrocinadores de la Liga?
Pocos equipos como los mencionados pueden ofrecer un nivel de calidad parecido al de sus planteles titulares. Hay otros que dan pena, que carecen de una calidad por lo menos razonable.
América, sin brújula, se enfrentó a un Puebla que con lo que tiene no puede pelear más. Lo flojito de varios de sus jugadores generan errores para dar pases, para hacer una cobertura, hasta para tirar a gol con la puerta abierta.
Pese a ello, las Águilas son cuarto de la general y Pumas, incapaz de ganar en Veracruz, le pisa los talones en plena zona de clasificación.
Algunas franquicias importantes como Monterrey y Tigres han fallado: lejos están de ejercer el papel protagónico que la inversión económica y el peso de su plaza indican como imperativo.
Chivas dejó de ser importante en lo deportivo hace tiempo. Y otros como Atlante, que merece una reflexión aparte, está a punto de abandonar la categoría porque en tres años ha ganado 26 partidos de 102.
En otras palabras, la calidad se ha repartido en un número menor al de otras ocasiones. Y por las circunstancias de la competencia, ésta se distribuye porque hay que atender a dos amos.
El tercer amo, por cierto, observa con preocupación el número de partidos en las piernas: el Tri duerme intranquilo.
Ha faltado calidad en el torneo. El peso lo llevan Cruz Azul, Toluca y Santos Laguna. Del cuarto lugar hacia abajo, todo es Cuautitlán.
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