¿Qué esconde Lionel Messi?

MUNDO DE PELOTA / Homero Fernández
en CANCHA


La portada de Cancha del pasado jueves con un Messi cabizbajo reflejaba, más allá de la decepción de una eliminación de la Champions, el resumen de lo que fue el desempeño del jugador más cotizado del mundo en su partido contra el Atlético de Madrid.

Costaba verlo caminar por delante de la defensa colchonera, a veces con pequeñas carreras intentando llevar el balón atado a sus pies,

buscando la magia de un regate que le permitiera vencer a Courtois. Se veía resignado, poco creativo. Salvo un cabezazo junto al palo, estuvo ausente.

Parece estar pasando por una etapa similar a la que vivió con la Selección argentina, tanto en el Mundial de Sudáfrica como en la Copa América jugada en su país. Allí le llovieron motes y críticas como "pechofrío", "que no corre una pelota", "invento" o "mentira". Alguien lanzó el retrato: "No tiene huevos ni alma". Lo pusieron a kilómetros de Maradona.

En la ficción de los juegos cibernéticos el holograma de Messi es cada vez más perfecto, con la diferencia que no incluye la mirada perdida y el trote de paso corto, intrascendente, que vimos en el Calderón.

La lesión sufrida por el rosarino a finales de 2013 abrió una nueva etapa no tan rutilante en 2014. Escándalos por evasión fiscal y la pérdida del Balón de Oro a manos de Cristiano Ronaldo, agregaron dramatismo a esta etapa.

¿Está Messi en esa condición de fragilidad porque físicamente no está recuperado? ¿Se está cuidando y no quiere recaer para no quedarse sin Mundial? Todos los jugadores de Selección tienen la misma pesadilla cada noche. Este tiempo es como vivir temiendo a la muerte.

¿Cuánto, más allá de lo deportivo, obliga a Lionel Messi a estar en la cancha? Nadie ignora los millonarios compromisos comerciales que giran a su alrededor.

Un partido malo lo puede tener cualquiera. Pero Messi, por su condición de estrella, debe elegir cuál es el suyo. Y está claro que no es la Semifinal de la Champions.

No puede justificarse en las dificultades que le ponga el rival. Debe sacudirse el miedo al fracaso y echarse el equipo al hombro, no correr la misma distancia que su portero como ocurrió ante los colchoneros.

"Los futbolistas que son tan capaces como él, generalmente viven estos vaivenes y si hay algún partido que no lo hace tan bien como habitualmente lo hace, termina sufriendo críticas desmesuradas", lo defendió su entrenador.

"Se me ocurre que es muy difícil ser él en esta vida, sumamente difícil, por más que alguno cree que es bastante fácil. No solamente jugar al futbol, vivir debe ser muy difícil", filosofó el "Tata" Martino.

Ya es tan lugar común dudar del gran jugador como decir que Messi siempre es Messi. Pero el otro día no lo fue y eso cambia las cosas.

El miércoles en la Final de la Copa del Rey habrá otra oportunidad para deshacer, o complicar, la paradoja.


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