No les voy a negar que la Copa MX es un torneo de baja calidad, que los equipos mismos no le dan la debida importancia al torneo al afrontarlo con sus suplentes y que el formato lo hace demasiado largo, contraponiéndolo con el calendario de la Liga.
Pero creo que la idea de tener una Copa en nuestro país no es mala, aunque me queda claro que, para que funcione, la FMF debe evitar pisotear
un requisito fundamental: lo deportivo.
Hay opciones: no hacer grupos, arrancar con partidos eliminatorios de ida y vuelta, tener menos fechas, definir duelos más interesantes y lograr una mejor asistencia pese a tener menos encuentros.
Pero dejaré a un lado lo malo de la Copa, con la esperanza de verla mejorada en su próxima edición, y mejor hablemos de la Final, que resultó ser súper amarilla.
Las Finales se cuecen aparte, independientemente del torneo, y el miércoles no fue la excepción.
Me encantó la autoridad y, por momentos, el descaro con que el joven equipo Alebrijes se paró frente a un escenario que parecía estar preparado para una postal.
Pero, para la mala suerte de los visitantes, enfrente tuvieron a unos verdaderos felinos acechando a su presa con dos armas que terminaron siendo la base de esta victoria anunciada: la paciencia y su mejor condición técnica individual.
Durante el partido, mientras veía desbordada la felicidad en los rostros de su fiel afición, mientras admiraba lo hermoso que es el Estadio Universitario vestido de gala y atestiguaba la necesidad y deseo que tiene la gente de Tigres de tener un equipo protagonista en todos los torneos que dispute, yo me preguntaba:
¿Por qué la directiva y el señor "Tuca" Ferretti han negado esos divinos momentos a su afición al despreciar, al no tomar con seriedad las anteriores Copas MX, Libertadores de América o como se llame el torneo?
Señores, lo que vimos en los rostros de los seguidores felinos no tiene precio y amerita todo el esfuerzo de los jugadores y toda la entrega y atrevimiento de su técnico y directivos, que deben demostrar un verdadero interés en ganar lo que se les ponga enfrente. No le quiten a su gente lo más sagrado que hay en el futbol: LA ALEGRÍA DE GANAR.
Lo que para su técnico es un torneo molero, para sus aficionados fueron momentos inolvidables de satisfacción, felicidad y orgullo, que en este torneo de Liga no podemos asegurar que los volverán a vivir.
Dale, Tigres, ahora sigue la Liga MX y lo vivido el miércoles en el Universitario fue motivo de sobra para concientizarse y motivarse para afrontar cada uno de los próximos tres partidos como si fueran verdaderas Finales. Sus aficionados lo agradecerán.
@krek9
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