La auténtica mejor época del año

Javier Alarcón
en CANCHA


Además del evidente talento técnico, físico, mental y táctico del futbolista de los grandes clubes de Europa, influyen poderosamente dos factores para disfrutar los juegos de Champions en rondas definitivas.

El aspecto cultural para honrar el juego limpio y el formato de competencia, se conjuntan para darnos la mejor expresión futbolística posible. Los árbitros fallan, como en todos lados,

pero no se finge ni se especula con nada, en las dosis que vemos en nuestro continente.

Se juega a buscar el gol, a replegarse para cerrar espacios, pero con la intención de agredir de inmediato, tengas o no la ventaja o mejor, igual o peor plantel que el rival.

El Atlético cede la posesión de la pelota (porque sabe que ni puede ni le conviene meterse en esa disputa con el Barcelona), pero no deja de ser punzante en ataque, no renuncia a dejar de preocupar al adversario bajo la eficacia de su propio método.

El futbol de la Champions satisface hasta a Enrique Burak por una sencilla razón: no se requieren mayores explicaciones para sentir el poder del esfuerzo deportivo llevado al límite, sin concesiones, sin especulaciones, sin cálculos suicidas por ventajas añejas.

No hay empates que se aprecien como victorias (los hay, pero no premeditados, sino como recompensa del esfuerzo ilimitado). El que sale de cambio no ocupa dos minutos para hacerse el occiso y romper el ritmo. Se juega con la dureza que permite el reglamento, hasta ahí.

No se reclama por cualquier cosa ni entran las camillas por golpes al aire y simulaciones grotescas. Vienen Semifinales de locura. Vamos a aprovecharlas y disfrutarlas, porque la paridad de fuerzas dará juegos eléctricos.

Y en Brasil 2014, con tanta disparidad de fuerzas, es probable que tengamos sólo unos cuantos partidos de ese corte. La Champions es la auténtica joya de la corona del futbol. Todo lo demás, aún está lejos.

 
 
jalarcon@reforma.com
 
@Javier_Alarcon