¡Hola, mis queridos amigos! Les escribo esta columna desde un escenario totalmente diferente y compartiendo con todos ustedes la felicidad que siento, pues fui invitado al evento llamado "Espíritu de Montjuic", que celebra las legendarias carreras en este monte localizado en el centro de Barcelona, algo así como la famosa reunión en Inglaterra "Goodwood Revival", y así fue genial ver la carrera
en televisión con el sonido real de la Fórmula Uno de los autos de los años 70 y 80 que corrían aquí en Montmeló en el campeonato F1 Histórico.
Después de haber dado una vuelta al pasado, regresamos a este presente que todavía no nos acaba de convencer, pero ayer disfrutamos de una carrera espectacular. Con excepción de los dos Mercedes, que continúan en una categoría muy superior, hubo piques en todas partes, con bastantes rebases y todo el grupo muy junto; inclusive los dos Mercedes también intercambiaron de posiciones más de una vez, con un excelente control y respetando siempre el espacio entre ambos coequiperos.
Y de una manera u otra, nuestros pilotos mexicanos siguen siendo los protagonistas. La semana pasada, Sergio Pérez se quedó sin correr, y en Bahréin, de la manera más sensacional, calló a sus críticos ya preocupados por su falta de ritmo comparado con su compañero Hulkenberg, primero al calificar cuarto y después dándole batalla y derrotando al propio alemán para conseguir su primer podio del año. ¡BRAVO "Checo", y bravo Force India!
Mientras tanto, Esteban Gutiérrez, con su Sauber, ha tenido un Gran Premio para olvidar al terminar por los aires gracias al kamikaze Pastor Maldonado, quien ya antes había mandado al pit al Toro Rosso de Jean-Eric Vergne con una llanta ponchada. Esta vez salía del pit y se metió por dentro de una curva al paso del inocente Esteban, que salió dando vueltas con su Sauber como rehilete y quedando destrozado a la orilla de la pista, Gracias a Dios, con las llantas al suelo y Gutiérrez saliendo del auto asustado, pero ileso del aparatoso accidente.
La FIA una vez más se mostró inconsistente con sus penalizaciones que nunca van de acuerdo a la infracción, que son o muy grandes o muy leves, ¡y Maldonado sólo recibió un stop and go de 10 segundos como castigo!
En fin, una carrera extraordinaria que resultó todavía mejor después del accidente de Esteban cuando el safety car emparejó los autos que quedaban para las últimas 10 vueltas, y tal vez esta sea la respuesta de la FIA a todos los que no hemos creído en esta nueva era de la Fórmula Uno, y de la que aun no estamos muy convencidos
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