Azul profundo

Francisco Javier González
en CANCHA


Por sus antecedentes, Cruz Azul es un equipo al que hasta en la victoria vive bajo sospecha.

Su falta de títulos en los últimos años, la manera en que ha perdido Finales y el descenso que tiene en los partidos trascendentales, ha mermado su autoestima histórica y generado el mayor escepticismo que sobre cualquiera de sus equipos pueda experimentar el futbol mexicano.

Siendo mejor

que el América en el partido del sábado, la visión del último minuto cuando Moisés Muñoz se fue al ataque en el cobro del tiro de esquina de último minuto, erizó la cabellera del cementero mas aplomado.

Pero esa última jugada era una circunstancia que aunque asociable a aquella Final de hace dos torneos, no reflejaba el veredicto del partido: Cruz Azul había manejado muy bien un juego que le permitió demostrar por qué llego a él con nueve puntos más que su célebre enemigo y con el liderato en la mano.

La pregunta incómoda de siempre aparece sólo escuchar el silbatazo final: ¿Será capaz esta vez La Máquina de vencer todos sus traumas y recuperar sus tiempos de gloria?

Luis Fernando Tena lo ha logrado hasta ahora: ha construido un plantel equilibrado capaz de hacerle frente a dos competencias diferentes y simultáneas: la Concachampions y la Liga.

Ha recuperado a algunos elementos que vivían en una preocupante baja de juego y salvo un par de partidos en que padeció de amnesia -Tigres y Atlas, éste en casa-, mantiene una línea estable con algunos partidos mejores que otros pero sin renunciar a su idea de juego colectivo, orden defensivo y capacidad de concreción.

Juega quien tiene que hacerlo. Es un manejo de plantel sin compromisos en que cualquiera aparece uno de estos días en la banca sin importar el peso de su nombre.

Al América le ganó bien. Puntual en el ataque y comprometido en los trabajos defensivos. Desesperó al rival a tal grado, que le hizo perder la cabeza: dos expulsiones muy tontas dejaron a las Águilas con nueve en el campo y con dos suspendidos para la próxima jornada.

Qué sucederá con Cruz Azul en los partidos que restan es incógnita que debe resolverse sola. Pero el empaque y consistencia que ha tenido, harían pensar que puede superar los fantasmas a que se enfrenta cada semestre sin poder vencerlos. Por lo menos va en camino.

En el América se habrán pasado la noche con insomnio. Mohamed también. La falta de puntos en casa y una Liguilla que se pone en riesgo han reactivado las alarmas que antes del Clásico frente a Chivas gritaban ya con fuerza.

El gozo se fue al pozo. Cruz Azul líder resultó muy diferente como adversario que las heridas Chivas. La vida sigue igual.

 
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