¿Y el aval?

Rubén Romero
en CANCHA


Hace tres semanas comentamos en este espacio que cuando se mide el trayecto de una carrera con un GPS es frecuente que la medición resulte "larga" en comparación con lo que anuncie el organizador del evento.

Lo usual es que el GPS reporte una medición de 10.3 kilómetros en una carrera de 10 kilómetros, suponiendo que estuviera bien medida.

Un GPS hace un trazo virtual con base en

puntos que se generan con información que proviene de tres satélites, lo que hace que ese trazo tenga la forma de un "zigzag", de manera que al sumar las distancias de todos los segmentos se produce una suma mayor a la que hubiera sido si el trazo fuera continuo.

Al margen de eso, si el corredor no "corta" las tangentes al pasar por las curvas, que es como se mide el trayecto, acabará corriendo una distancia mayor a la anunciada, que se sumará al efecto zigzag. Por eso, la IAAF descalificó el uso del GPS para hacer las mediciones de los trayectos.

Este comentario viene al caso por lo ocurrido el domingo pasado con la Carrera GNC que se anunció como 10K, y que en los GPS de muchos corredores "midió" sólo 9.5 kilómetros.

La verdad es que si un GPS "mide de más", lo probable es que la distancia real de esa carrera no haya sido siquiera los 9.5 kilómetros.

¿A qué nos lleva todo esto? A que si al trayecto le faltaron algunos cientos de metros hubo muchos "récords personales" al final de la carrera.

Si el faltante real fueron unos 800 metros, un corredor de 50 minutos en 10K habría "roto" su récord personal por unos cuatro minutos.

No hay duda de que el organizador de una carrera tiene la responsabilidad de hacer una buena medición del trayecto de su carrera. No hacerlo es, antes que ninguna otra cosa, una falta de respeto para los corredores.

Pero antes que eso, o además de eso, se supone que hay una autoridad deportiva que norma, o debe normar, a eventos de esta naturaleza: la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, que a su vez debe apoyarse en la Asociación de Atletismo del Estado.

A esa autoridad le corresponde "avalar" las carreras, donde uno de los factores que debe revisar, antes de dar su aval, es el de la medición del trayecto.

Aquí surge la pregunta: ¿Tenía algún aval esa carrera? ¿Qué instancia se lo otorgó?, y si lo tuvo... ¿de qué sirvió?

Recuerda que correr es salud y algo más..., mejor calidad de vida.

 
rubenromero@mural.com