La Dominguera

San Cadilla
en CANCHA


La culpa de las lágrimas
 
Desafortunadamente, no es nuevo, el asunto es que todo el País vio en televisión abierta, a vivo y a todo color, cómo unos barristas casi mataban a unos policías en las tribunas del Estadio Jalisco.

El fenómeno tampoco es exclusivo de México, pero la manera de atacar la problemática sí es diferente.

Esta misma semana, el mismísimo Presidente de

Uruguay, José Mujica, se mostró dispuesto a "parar el futbol" luego de violentos enfrentamientos entre fanáticos de Nacional y la Policía, al término del juego en el Centenario donde el local cayó ante ante el club argentino Newell's Old Boys en la Libertadores.

"Los uruguayos no podemos seguir en esa irracionalidad, consolidando la estupidez humana, debemos reaccionar urgente", dijo Mujica en el periódico La República.

El mandatario charrúa tomó una medida inédita en la historia del futbol moderno: prohibió que los policías cuiden los partidos y la seguridad correrá a cargo de los clubes.

Los uniformados sólo resguardarán a los árbitros en la cancha y el traslado de lo recaudado en la taquilla.

"¿Dónde se ha visto que la represión sea pura? Terminamos inculpando a trabajadores que están allí, como están cumpliendo con su obligación y esto no tiene fin", dijo el Presidente, "la seguridad de los parciales queda en manos de la Federación y los clubes".

 
 
FENÓMENO MUNDIAL
 
 
La violencia en el futbol es un fenómeno mundial... y no es de ahora.

De hecho, desde la Edad Media existieron prohibiciones en la Gran Bretaña para el futbol, ya conocido entonces con ese nombre, debido a los disturbios que provocaba entre los cientos de participantes y al desenfreno que motivaba su práctica.

Claro, hay que decir también que entonces no había balón, sino se jugaba con la cabeza de algún animal sacrificado.

Hay varias hipótesis sobre la creación de la palabra hooligan, pero el sociólogo Miguel Cancio lo atribuye a una banda que saqueaba, a fines del siglo 19, la campiña irlandesa y cuyo líder se apellidaba Hooley, y por eso el mote de "Hooley´s Gang".

De manera organizada comenzó el fenómeno en los años 60, aunque la primera vez que se usó el término fue en un reporte policiaco de Londres de 1898.

Pero el "boom" inglés se dio en los 80, cuando ser hooligan se puso de moda.

"Cuando ves la cara de un hooligan entiendes por qué el estadio, la violencia, el partido es como una droga. ¡Mejor que una droga!", escribió Colin Ward, un hooligan del Arsenal, en su libro de 1989 "Journal of Football Fan, Steaming In".

 
 
DE BARRITTAS A BARRAS
 
 
José Barritta nació en Spilinga, Italia, en 1953, pero a los dos años se lo llevaron a vivir al barrio de La Boca, en Buenos Aires.

En 1966 se hizo socio de Boca Juniors y ahí iniciaría una carrera que lo llevaría a convertirse en el líder de "La 12" en 1981, desplazando a Quique "El Carnicero".

Le decían "El Abuelo", por su pelo canoso, y transformó la manera de ver el futbol de los grupos de animación: introdujo los bombos, las gigantescas banderas de colores y las sombrillas, además de inventar algunos de los cánticos más famosos que se siguen cantando en México.

El 30 de abril de 1994, tras un Clásico, enfrentó a aficionados del River y lo acusaron de matar a dos de ellos; fue condenado a nueve años de prisión.

Salió en el 2001 y nunca volvió a pararse en un estadio.

"Es el estadio el espacio conquistado por algunos de los jóvenes que se sienten marginados, en una búsqueda por constituirse en pueblo aparte, ya que estiman que no se los deja estar dentro de la sociedad en plenitud", escribió el académico chileno Jorge Pesce Aguirre.

 
 
NO LO CULPEN
 
 
Pero el futbol no tiene la culpa de lo que hagan con él, eso siempre hay que tenerlo claro.

"Yo siempre digo que el pañuelo no tiene la culpa de las lágrimas. Al pañuelo van a para las lágrimas, pero no vienen del pañuelo. Y con la violencia pasa lo mismo: la violencia no viene del futbol, va a aparecer al futbol. Pero el futbol no es en sí un deporte violento", dijo el escritor Eduardo Galeano en una entrevista con la BBC.

"Se puede quizás decir que el futbol es una metáfora de la guerra. Tiene mucho de guerra danzada, de ceremonia de la guerra, de ritual de la guerra. Pero justamente como todo ritual, como toda ceremonia, es un exorcismo de la realidad".

Amén.

 
 
 
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