Señoras y señores, sí, efectivamente, se buscan culpables.
Y todo el mundo se avienta la pelota, como en campo de futbol, pero los culpables de las barras, los responsables de la violencia, como lo dijo Villoro, en complicidad con comerciantes, anunciantes y televisoras, los directivos atentan contra los afectos y la identidad de la gente.
El futbol noble se fataliza. Los
sentimientos sociales de manera extrema y eso lleva a una descomposición social.
El reportaje de ayer es excelente, cómo sacan jugo a la barra, los líderes viven a costa de las porras. Venden su línea de ropa, las cervezas. Y todo es culpa de los directivos, que simplemente observan, mientras los otros actúan como grupos de choque, como grupos de protección y de presión para los entrenadores, jugadores, directivos que no quieren, y para eliminar al rival.
Y así empezaron las barras en Argentina, y lamentablemente fueron traídas a México. En lugar de importar lo bueno de otros países importamos lo malo. Pensamos que las barras mexicanas iban a ser diferentes, decentes, cuando surgen en un estrato social muy bajo que busca en su incultura y en su poca calidad social, brutalizar contra los cuerpos policiacos, o contra el enemigo, contra el contendiente, contra la otra barra.
Sí, los directivos son los culpables.
No las controla nadie. Son gente que tiene complejos guardados de muchos sentimientos, que va incrementando globalmente en un campo de juego, en la tribuna. Cuando se juntan mil, dos mil o tres mil, ¿quién puede con ellos? Nadie.
Si los clubes no toman decisiones correctas, inmediatas, directas. No hablemos de la Cámara de Diputados y Legisladores que están metidos en otras cosas y que son influenciables en muchas cosas, en muchas situaciones y llegan a traicionar fácilmente reglas y leyes secundarias.
Los barristas deben ser castigados como delincuentes porque se comportan así. Habrá excepciones, muy pocas. Y los delincuentes deben estar en la cárcel, castigados. Aquél que hace daño a la sociedad en un simple juego de futbol debe ser cuestionado por la misma sociedad y debe ser castigado por los mismos directivos, por la gente que asiste a los campos de juego.
¿Qué estamos esperando en México? ¿La muerte de barristas, la muerte de policías, la muerte de gente inocente? ¿Eso es lo que esperamos?
Si Inglaterra, un país de primer mundo logró contener las barras basura en la historia futbolística de los hooligans ¿por qué no podremos contener aquí a un grupo de pelafustanes que atacan y atacan constantemente y degradan el espectáculo futbolístico.
Y recalco, si los directivos no actúan con rapidez, si no son inteligentes y no tienen la capacidad de hacerlo, ellos mismos han sido rebasados por un monstruo que crearon. Háganlo como hombres. Decídanse a desaparecerlas. Acábenlas. Ignórenlas. No las cobijen.
Cero boletos, cero dinero, cero tolerancia, hay que acabar con el derramamiento de sangre, si no se llegarán a cosas más graves.
jrfernandez@reforma.com
@joserra_espn