Después de la primera carrera del año en Australia, podríamos decir que la nueva Fórmula Uno salió aprobada del primer examen mejor de lo que muchos esperábamos.
Todavía hay muchísimo trabajo por hacer, y yo diría que lo principal sería incrementar la velocidad, ya que por desgracia no se puede hacer nada para elevar el sonido de los motores, los autos son lentos y por la falta de ruido,
¡se ven también lentos!
Es verdad que los autos son muy nerviosos y se aprecia la calidad de los pilotos, quienes tienen no sólo que controlar el uso del acelerador sino también los frenos, al igual que el consumo de gasolina y neumáticos. Después de todo, esto era el objetivo de la FIA, la eficiencia de los nuevos motores, ¡con la ayuda de la tecnología del Siglo XXI!
¿Qué sorprendió y qué no en este arranque? No sorprendió ver a Lewis Hamilton y Mercedes en la pole, que Fernando Alonso haría pedazos a su coequipero Raikkonen y que los equipos con unidades de poder Mercedes dominen la primera parte de la temporada.
Quedamos sorprendidos por la tremenda preparación con la que llegan los novatos a la Fórmula Uno, sobre todo en un año tan difícil como éste. Magnussen y Kvyat son muy buenos ejemplos, enhorabuena para ellos y sus equipos.
No sorprendió la dureza y falta de corazón de la FIA después de un podio tan bonito y aceptado por todo el mundo; pero considerando la tan larga discusión antes de la descalificación de Ricciardo, indica que hubo una buena causa para hacerla. Red Bull se vio obligado a apelar y sabremos el resultado hasta el 14 de abril. La FIA debe ser imparcial con todos los equipos y Red Bull decidió usar su sistema de medición del flujo de combustible en lugar del de la FIA pese a ser advertidos de no hacerlo.
Sin saber mucho sobre el tema, entiendo que el sistema de la FIA está lejos de ser perfecto y de asegurar un flujo de 100 kg/h de combustible y hubo fallas el fin de semana en Melbourne. El sistema tiene problemas de juventud y tal vez por esta razón la FIA podría quedar bien con Red Bull, Ricciardo y la afición australiana, aunque la verdad es que el equipo no tiene argumentos fuertes para defenderse.
Este fin de semana el reto en Malasia será diferente al de Australia, con una pista muy rápida y ancha, pero con una elevada temperatura y humedad, lo que será difícil no sólo para los nuevos motores sino también para los pilotos. La lluvia torrencial puede aparecer y dar oportunidad a pilotos más arriesgados, como hace dos años cuando Sergio Pérez casi le gana al bicampeón Alonso.
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