Abandonar la comodidad propia para ayudar al bien común es algo que poca gente está dispuesta a hacer.
Aunque la renuncia a lo que uno posee sea parcial, cuesta trabajo desprenderse de lo ganado en aras de compartir un poco... salvo que se tenga la cultura de pensar que eso es lo correcto.
El caso Querétaro y los que se han añadido a él, ponen de nueva cuenta una serie de valores
sobre la mesa.
La fragilidad del esquema económico de varias franquicias, la aparente pasividad de la Liga, la falta de previsión y solidaridad del futbolista para anticiparse a casos como este o en su caso saber resolverlos...
"Chaco" Giménez da a entender que tira el arpa en su puesto dentro de la Comisión del Jugador.
Un futbolista comprometido que le hace mucho bien a su medio, se da por vencido al no poder resolver ciertas situaciones que el propio reglamento de la Comisión y de la Liga le impide: una fianza no se puede hacer líquida sin pasar por un procedimiento que lleva su tiempo y necesita sus pruebas.
Por supuesto que el jugador de Cruz Azul no tiene porqué ser el buen samaritano. Puede -como lo concede Álvaro Ortiz, también con un cargo directivo- hacerse a un lado si ese es su deseo.
Sin embargo, el "Chaco" podría estar traicionando sin intención a quienes más lo necesitan en este momento. La lucha puede cansar a cualquiera, pero cuando las cosas se ponen difíciles es cuando más se requiere al líder. Podremos preguntarle a Christian si cuando aceptó la invitación tomaba un puesto o abrazaba una causa, por cierto dificultosa, que necesita crear nuevos mecanismos, entrega filosófica y disposición de tiempo.
Quien escribe recuerda un lejano intento por formar una agrupación que ayudara a mejorar a los profesionales de la comunicación futbolera sin buscar el menor afán de lucro. Y también la impotencia generada por la indiferencia y la comodidad de la mayor parte del gremio de ese entonces. Con acta constitutiva entregada y oficina rentada, el desinterés de la mayoría de los colegas convocados orilló a cancelarlo todo. Han pasado más de 25 años y las cosas no han cambiado mucho. Con los futbolistas estará sucediendo algo parecido. Tal vez "Chaco" esté más contrariado con sus colegas que con el orden establecido. Más enojado con la indiferencia de su gremio que con los problemas de atraso en los sueldos.
Culturalmente, bien lo explicaba con precisión Octavio Paz en su Laberinto de la Soledad, tenemos ciertos comportamientos difíciles de modificar. El poco peso del bien común frente a esa comodidad propia trasciende la cancha.
Ojalá no se vaya el "Chaco" aunque eso sea lo más fácil. Tal vez con buenos ejemplos, un día cambie el futbolista mexicano.
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