Cuando terminó el partido de la semana pasada ante Pachuca, donde el Monterrey jugó espantoso y fue presa fácil, pensé que sería imposible verlos jugar peor.
Pero antes de que cantara un gallo, como dicen en mi tierra, los Rayados me mostraron que me equivoqué rotundamente.
Ayer lo que vi en la cancha del Estadio Tecnológico me traía entre risas y lágrimas, principalmente en el
segundo tiempo.
Rayados se portó como un equipo amateur que intentó anotar un gol sin la más mínima idea de lo que se requería para llegar al área rival, salvo los escasos momentos de inspiración del "Chelito" Delgado, quien sigue teniendo una intachable técnica, pero un frío corazón.
Fue lamentable ver la desesperación de Basanta, quien sin frenos y ni idea se disparaba hacia adelante, como lo hace "Gullit" Peña, olvidándose que él es un central con poca técnica y no un contención goleador.
El desorden era el platillo principal de una cena cuyo postre fueron ellos mismos.
Cada quien, cuando traía la pelota, jugaba su muy particular partido y cuando no la traía se convertía en simple espectador.
Me estaba enfermando con la insistencia de Jonathan Orozco, quien al parecer entiende que su equipo no cuenta con un sistema y decidió hacer el suyo para que Monterrey se volviera "requete ultra ofensivo", y no creo que cuente con la anuencia de sus técnicos.
El portero de Rayados intentaba poner pases de gol de 80 ó 90 metros, o sea, desde su área grande.
Mi buen Jonathan, ya ni los niños de kínder utilizan esa fórmula hoy en día.
Y hablando de Jonathan, creo que fue cómplice en el gol de Monarcas.
Carlos Barra y Pepe Treviño, bomberos con poca experiencia en el ramo de levantar muertos, al verse abajo en el marcador hicieron lo que hacen todos los técnicos que ya no cuentan con argumentos inteligentes: mandar toda la carne al asador, pedir entrega, actitud, coraje y que Dios los ayudara, eran sus últimos recursos.
Monarcas, pese a que logró salir del Tec con tres puntos en la bolsa, tampoco bailó mal las rancheras.
Se me hizo muy decepcionante ver tanta calidad individual presentar un nivel futbolístico tan raquítico. Para su fortuna el rival era este Monterrey.
Otra vez vimos reflejado en la cancha el actual panorama del que no hace mucho era la sensación de la Liga, y eso los obliga a cambiar de planes.
Hoy los Rayados están más para empezar a preocuparse y ocuparse por la tabla del descenso que en clasificar a la Liguilla.
@krek9
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