Azul esperanza

Francisco Javier González
en CANCHA


Luis Fernando Tena bajó del podio para festejar la medalla de oro en Londres y luego de formarse en la ventanilla de caja de la Federación para recibir su liquidación, ahora es el líder de la competencia con Cruz Azul logrando unos números que parecen de la Isla de la Fantasía.

Con el tono metafórico de la descripción, así es la vida de los entrenadores: varía de un momento a otro hacia

cualquier lado.

Se escuchó que el regreso de Tena a la Máquina era pan con lo mismo: se tocaría una canción ya muchas veces interpretada por las mismas voces.

Sin embargo, y pese a que no parece estar tan fuerte en algunas posiciones, Cruz Azul ha levantado el vuelo y tiene una relación de tres a uno entre los goles a favor y los que ha recibido, ha puesto una distancia insalvable con casi todos los equipos del circuito con sus 25 puntos y marcha invicto luego de transcurrida la mitad del torneo.

Habrá partidos en los que ha sufrido más de lo que dicen sus números. Triunfos de gol de último minuto como el de Fabián contra el Puebla, disparos al poste como el del Toluca que pudo marcar la historia y finalmente mucho viento a favor que alienta el sueño.

Una de las fórmulas que ha puesto ahí a La Máquina es que se ha recuperado el nivel individual de algunos titulares que tuvieron las luces apagadas el semestre pasado. Eso ha permitido una competencia interna en la que no importa que Emaná se inquiete por no jugar, o que el "Chaco", héroe al entrar de cambio y hacer el gol del triunfo el sábado, esté viendo desde la banca el inicio de muchos de los partidos del torneo.

Es decir, que Luis Fernando ha sabido manejar sus piezas con la bendición de que los resultados le dan razón a todo lo que decida. Nadie puede reclamar nada.

Los desempeños de Rogelio Chávez, Fausto Pinto, "Cata" Domínguez, Formica y Pavone han sido de renacimiento. Juegan el mejor futbol que se les conoce en mucho tiempo.

El escepticismo se ha alimentado durante años en La Noria y vuelve a aparecer ahora, en los momentos más productivos: a La Máquina le hace falta un título y el temor de que todo se derrumbe a la hora decisiva vuelve a hacer su aparición en la afición celeste.

Prever el futuro le falla hasta a las bolas de cristal más sofisticadas. Pero calificar el presente merecería la justicia de lo que los números dicen de Cruz Azul. Si es malo clasificar con tanta anticipación, si se superará la barrera de la Liguilla o si las almas celestes están cansadas de tanto ayuno es harina de otro costal. Cruz Azul está ahí porque lo merece. Han vuelto a funcionar las que piezas de la maquinaria que parecían oxidadas.

 
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