Sí es la prueba

Javier Alarcón
en CANCHA


Pronto se llenan páginas de lo que puede ser el juego del sábado entre Cruz Azul y Toluca. Todos sabemos lo propenso que es Cruz Azul a caer en la depresión a la hora de definir las Liguillas. Ésta será una escala, de otra importancia y tamaño, para medir la estabilidad emocional -que no futbolística- de un plantel urgido de un título. Cruz Azul debería asumir el rol de favorito, de hecho lo

es.

Valdría la pena que Tena y cada uno de los jugadores empezara a convencerse de su calidad futbolística y experiencia para manejar la presión.

Sin soberbia, pero con gran seguridad, los integrantes de Cruz Azul deberían asumirse en público como favorito para vencer a los rocosos Diablos.

Cruz Azul jugará en su estadio siendo la mejor ofensiva y defensiva del torneo, y aunque Toluca viene pisando los talones de los Cementeros, el repertorio celeste parece más amplio para salir con el triunfo. Claro, siempre y cuando el equipo demuestre que empieza a estar preparado para manejar situaciones de presión antes de la hora cero.

La oposición que significa el Toluca será la de mayor alto grado de dificultad que haya enfrentado en el torneo Cruz Azul, y deberá jugar con la mayor plenitud posible para no descarrilar en casa.

Cruz Azul tendrá que jugar mucho mejor de lo mostrado hasta ahora en promedio, incluso en los triunfos y, sobre todo, contra Atlante y Puebla.

Es el partido que los definirá como serios aspirantes o los podría empezar a meter en esa peligrosa regresión anímica de la que suelen no salir en Liguilla. Por eso es un juego tan importante para los celestes.

Toluca podrá tomarse el partido con mayor calma y es ahí en donde radicará su fortaleza. La dinámica, producto de una buena base física en general, debería darle la iniciativa y el control de la pelota al local el sábado. Detener la velocidad de Brizuela y los servicios penetrantes de Sinha, serán retos prioritarios en el trabajo de recuperación y marca de Cruz Azul.

También se anticipa un duelo muy parejo en la salida de los laterales de ambos equipos en el intento por profundizar. Y probablemente al final no resulte un juego tan espectacular, pero sin duda deberá ser uno de los mejor jugados del torneo. A prueba la talla sicológica y futbolística de un Cruz Azul en fuga.

 
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