Creer o no creer

Francisco Javier González
en CANCHA


Muy socorrido entre los comentaristas; "cuando el equipo fulano se enfrenta al club zutano, veremos cuál es su verdadera capacidad. Esa si es una prueba para ver hasta dónde podrá llegar".

Se vive en el escepticismo. Cuando existen los prejuicios, hijos de los antecedentes frágiles, el triunfo de la semana pasada se pone en tela de juicio hasta que se pueda comprobar que no se trató de una

chiripada.

Le pasa a los Pumas: los triunfos que acumula en las últimas semanas necesitan de una reivindicación para ser tomados en serio.

A los Tigres les ganaron porque Dios es grande. A Tijuana porque tienen más de un año sin ganar de visitantes y ni modo que lo hicieran en CU. Lo del León fue de más suerte que ganarse la lotería sin comprar boleto. Con el Atlas, claro, la realidad volvió a hacerse presente. Y contra América, que era favorito seguro hasta para quien esto escribe, el "Maza" les ayudó, las Águilas fallaron como locas y hubo mil circunstancias que ayudaron a conseguir la victoria.

¿Hasta cuándo aplazar la confianza en los Pumas?, ¿Cuándo vencer el citado escepticismo?

Sin ser una apología a la personalidad de nadie, es hora de reconocer que los "Pikolines" funcionan por su garra y su entrega. Que los porteros están contratados para evitar goles y que por lo tanto no es tan admisible el comentario del "y si no fuera porque Palacios tapó cuatro tantos hechos, el América hubiera goleado".

O ponerle más peso en la balanza a las deficiencias técnicas de Marco, por encima de la estamina y bravío con que contagia a sus compañeros. Dependerá del momento, pero para los Pumas, este es el bueno. El mejor de mucho tiempo porque el viento ha soplado en contra y ha cambiado su dirección.

Los refuerzos contratados contra la lógica -Ludueña el primero- están funcionando y los elementos de desecho -Martín Bravo a la cabeza- tienen un semestre revelador.

Con Chivas estuvo a punto de suceder también un desmentido. Un empate a cero espectacular -no es broma-, se rompió a dos minutos del final gracias a un golazo del Isaac Brizuela. El Guadalajara, al que tampoco le creemos los buenos resultados, confirmó con su manera de competirle al sublíder que puede aspirar a algo más serio que divagar durante el semestre. Pero lo tiene que seguir confirmando para que lo tomemos en serio.

El sábado en el Azul hay choque en la cumbre: dos equipos en los que realmente creemos todos: Cruz Azul recibe al Toluca. No son los únicos que lo merecen aunque sí son los mejores.

La octava fecha reiteró la lección: obras son amores. Y esas superan cualquier prejuicio. Ganaron quienes merecieron hacerlo.

 
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