"La manera de sentir el futbol ha cambiado. Le preguntas a un niño: ¿Qué prefieres, jugar en el Real Madrid o Barcelona... o ser millonario? Y un alto porcentaje te responde que ser millonario. Los sentimientos se resquebrajan". Michel en: "El sueño de ser futbolista".
He aprendido algo nuevo, tras casi 30 años de vivir en, para y del futbol profesional: existen futbolistas que no utilizan
como combustible dentro de su motor la pasión, existen futbolistas motivados únicamente por el dinero, solamente por la necesidad de moverse o exclusivamente por el juego sin el menor interés de todo lo que le rodea.
En el sentido estricto de la definición, la pasión es un padecimiento que afecta y modifica; designa intensos estados afectivos que provocan una importante alteración del ánimo. Quien no se apasiona no padece, pero tampoco celebra.
Y es que nos negamos a tomar como sinceras las revelaciones de Carlos Vela respecto a su pasión: "yo disfruto jugando, pero al momento que termina el partido, me puedes hablar de lo que sea menos de futbol, no me siento cómodo". Y esto, no lo negarán, es un padecimiento y por lo tanto, una pasión.
Ni a Vela ni a ninguno de los futbolistas trascendentes que han declarado abiertamente no ser "apasionados" de su profesión, se les puede acusar de indiferencia, desinterés o desgano dentro del terreno de juego. Simplemente no hay manera de llegar tan lejos sin entrenar, depurar, aprender, experimentar, trabajar, cuidarse, descansar y alimentarse adecuadamente durante muchos años, independientemente de la actitud una vez terminado el encuentro o la jornada de entrenamiento.
Dicen que Batistuta, el "Loco" Abreu y Bruno Marioni sentían mayor vocación por la caza de patos, el basquetbol y las carreras de autos, antes que por la profesión que les dio fama y fortuna. Es probable, pero el hambre de gol demostrada en estos tres depredadores, mientras estuvieron en la cancha, solo puede reflejar un indiscutible apego a un éxito que, eso sí: no se limitaba a sus equipos, sino que trascendió siempre a la más alta competencia con sus respectivos países.
Y a qué se dedica usted señor Vela: pues trabajo en el futbol un par de horas a la semana, el resto padezco ser futbolista y busco mi verdadera vocación sin preocuparme demasiado, podría perfectamente decir Vela en su próxima entrevista.
La pasión por el futbol es un padecimiento redondo y maravilloso cuando conjuga el deseo por todo el paquete que ofrece la profesión y no se limita a los millones o a la actividad estrictamente con el balón. De cualquier forma y a cuenta gotas, aceptemos que Vela sí es un apasionado del futbol.
@Felixatlante12
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