Con su nueva lista de convocados, Miguel Herrera parece seguir avanzando en la búsqueda de esa otra lista definitiva.
El principal problema tricolor, sin embargo, sigue radicando en lo lejos que está de completar su oncena idónea y en la imposibilidad de ponerla a jugar la suficiente cantidad de partidos antes de encarar los cruciales en canchas brasileñas.
Mientras el técnico
nacional trabaja en el afán de solucionar ese problema, el torneo interno prosigue al jugarse la Jornada 8.
Por lo pronto, en la lucha por la permanencia en Primera División que han entablado primordialmente el Atlante y el Atlas en esta jornada podría modificarse por completo el asunto.
Si el Veracruz perdiera ante los Tigres, o empatara y unas horas después el Atlas venciera al Monterrey, el conjunto jarocho se instalaría en el penúltimo sitio en esa Tabla del Descenso, para así fortalecerse como principal esperanza de salvación para el Atlante, que mañana recibirá al Puebla.
Y en lo que esa lucha se cierra o no entre quienes se empeñan en eludir el abismo, el encuentro más atractivo de esta jornada lo juegan dos equipos que aspiran a la cumbre: el América y los Pumas.
Los americanistas, con la intención de regresar a la perdida senda del buen juego y de la victoria aprovechando el retorno de su mejor futbolista: Rubens Sambueza.
Y los Pumas decididos a confirmar, ante un sinodal inmejorable, que no fue obra de la casualidad el progreso manifestado en su de-sempeño durante las cuatro más recientes jornadas.
En pos de la cima los que han sabido acercarse a ella, y tratando de no hundirse en la sima los que suelen reaccionar cuando ya avanzó el derrumbe.
Cuestión de cosechar lo que se siembra, y cada cual con las aspiraciones que el nivel de su futbol permite alimentar.
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