¿Qué más se puede decir que no se ha dicho en las últimas semanas?
Criticar la forma, la inoperancia, la incapacidad ofensiva y los desajustes defensivos ya es redundar.
Ver a Lucas Silva sin jugar al futbol; a Severo de carrilero por izquierda esforzarse, pero sin obtener resultado alguno; a De Jesús pelearse con la pelota, y a Morelo entrar a la cancha como la esperanza de
revertir un panorama cada vez más oscuro, me desespera, pero no me preocupa tanto como lo que sucedió en la tribunas.
Otra vez los aficionados de la barra de los Rayados robaron cámara por su incapacidad de entender que con violencia no solucionarán ninguno de los problemas que vive su equipo.
Otra vez esos muchos seudoaficionados utilizan su también falsa pasión por el equipo para tratar de alivianar sus frustraciones, intentando demostrar un ridículo poder que lamentablemente crece a raíz de la complicidad de nuestros tibios directivos.
Cuándo entenderán los hombres de pantalón largo que el futbol mexicano, y más en nuestra ciudad, no necesita a esas barras, porras o como quieran llamarlas.
De hecho, fueron aficionados como ésos a los que expulsaron de los estadios sudamericanos y no a los aficionados que van al estadio a disfrutar de una tarde de futbol con un amigo o con la familia.
Aficionados como ustedes que entienden lo que es una competencia, que pueden pasar lindos momentos o llorar una derrota de su equipo, pero siempre conscientes de que sólo se trata de un deporte.
Monterrey cayó 2-0 en su propia casa frente al León, la clasificación se le está complicando, su futbol no aparece, pero para mí su gran derrota está siendo contra la violencia, un problema que me parece gigantesco si lo comparamos con no clasificar a la Liguilla.
COLOR DE IMPOSIBLE
Jaguares lució como es: un limitadísimo equipo que hace lo que puede con lo poco que tiene, pero los Tigres volvieron a mostrar sus mismas carencias.
Anotar goles parece estar prohibido para los felinos y su intermitente idea futbolística se convirtió en una constante invitada.
Algunos buenos minutos de buen futbol los llevan a un dominio esperanzador que se diluye con o sin una causa aparente.
Desde la banca, el "Tuca" apostó a que Lugo, con sólo 3 minutos por jugar, hiciera lo que Lobos, Danilinho y Pulido no pudieron hacer en 90.
Otro mal partido, otro punto con sabor a derrota, otro empate a cero y otra decepción, con razón la clasificación ya tiene color a imposible.
@krek9
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