Cómo interpretar el racismo en México

José Ramón Fernández
en CANCHA


Señoras y señores, una vez más se acusa de racismo a un grupo de aficionados de un equipo de futbol, en este caso recae en los seguidores de Pumas.

Pumas fue al campo de León y ganó bien, no hay pretexto. Martín Bravo jugó muy bien, atinó las oportunidades que tuvo; Alejandro Palacios estuvo excelente. Pumas parece que empieza a retomar un poco el aire que tuvo como equipo que andaba en

los primeros sitios del campeonato, pero no quiere decir que vaya a ser el gran campeón.

Tiene que mantener los pies en la tierra, lo saben Mario Trejo, que ha hecho un buen trabajo, y José Luis Trejo, quien se ha adaptado al equipo.

Que León va a jugar la Copa Libertadores, sí, tendrá que tirarse a fondo en este torneo, no sé si le alcance para ganarlo. En la Libertadores los argentinos y brasileños dominan casi siempre por situaciones extra deportivas, a la Conmebol le conviene, le fascina que lleguen a la Final.

León tendrá que hacer un gran esfuerzo y Matosas también, pero involucrar a todo el equipo universitario en el racismo me parece exagerado.

Sí, dentro de los seguidores universitarios hay malandrines, hay tipos de toda calaña, la porra universitaria suele ser catalizadora de la segregación que existe en México en general por su afán a veces violento y a veces exagerado.

Me parece que el racismo en México directamente contra el jugador negro no existe, es el típico grito de las porras cuando ven a un jugador con esas cualidades como Arizala o Loboa, que provoca en algunos la sensación de ser jugadores muy espectaculares y en otros la sensación de enojo por la velocidad, las características, pero igual los seguidores de Pumas y otros equipos le gritan "indio" o "naco" a algún mexicano que también es una forma de racismo.

México no se caracteriza por discriminar, al contrario, es un País hospitalario. Tan es así es que ha habido grandes jugadores como el brasileño Cabinho y el peruano Muñante, quienes jamás recibieron insultos.

Pumas tiene dentro de sus porristas un grupo de ultras que exageran y terminan involucrando al equipo, que está haciendo una campaña de reconquista después de sus desastres de los últimos años y esto mancha la buena trayectoria del equipo de la Universidad de México.

Ojalá que se tomen medidas correctivas para evitar que a Pumas y a sus seguidores se les acuse de racismo, México no es racista ni mucho menos. Lo hemos sufrido en carne propia.

Por lo tanto es el equipo universitario el que tiene que tomar las medidas urgentes contra esos seguidores y extirparlos como el cáncer.

Pumas parece que encuentra el camino positivo después de torneos tan malos. Ojalá siga así, es lo mejor que puede pasarle.

 
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