Mi balón, mi Selección, mis jugadores, mi equipo

José Ramón Fernández
en CANCHA


Señoras y señores, ¿a qué viene ese título? Justamente a lo que pasa en el equipo que nos va a representar en el Mundial, algunos le llaman Selección Mexicana, otros le llaman el América, otros el equipo de Televisa o como quieran llamarle.

El asunto es que al final de cuentas la empresa que ha dominado el futbol durante 60 años y ha constituido una columna vertebral de fracasos

impresionantes y estrepitosos ha decidido tomar descaradamente las riendas en sus manos, ¿eso qué quiere decir? Son mis jugadores, de mi equipo, yo pongo al seleccionador nacional, al que le ayuda y escojo, junto con ellos, quienes van a ir a Brasil 2014.

Por lo tanto, si Carlos Vela, el mejor jugador que tiene México en este momento por mucho dígase lo que se diga, tampoco estamos de acuerdo en que hay que crucificarlo ni tratar de sacar antecedentes estúpidos, como muchos han querido hacerlo, que si una limusina, que pidió cosas extras, tonterías absurdas, defensa a ultranza, estúpida e ignorante de los que manejan el futbol, aquellos cobardones que se tapan con ese tipo de comentarios.

Vela no va a la Selección simplemente porque no quiere, pero el problema es por qué no va. Se acuerda usted de la historia de la Selección de 2013, que fue terrible, desastrosa para el futbol mexicano, pues da la impresión que todo queda en el olvido y que ahora es cuenta nueva, hay chicos buenos, gente dispuesta a sacrificar todo y hacer del futbol mexicano el triunfador.

Maquillar para que el Gobierno nos digan "qué buenos son, qué bien trabaja el futbol mexicano", para que no nos digan que somos una preponderancia económica en el factor de las telecomunicaciones, no, no dominamos la televisión abierta, la de paga, no dominamos nada.

La culpa la tienen otros, la tiene la telefonía, otros monopolios, por eso queremos mostrar la gran Selección de futbol, pero Carlos Vela tiene sus cosas y tendrá que decirlas con el tiempo.

Lo sabe Néstor de la Torre perfectamente, el "Chepo", que fue uno de los grandes culpables de que a Vela decidiera no venir, y lo sabe un empleado más, como lo fueron estos dos, de la empresa en el poder: Justino Compeán, que cínicamente dice "punto final". Qué fácil es decirle no a un futbolista, ahuyentarlo, sacrificarlo, exhibirlo, cuestionarlo, a pesar de que es el mejor, imagínese si es el peor, ¿hasta dónde vamos a llegar?

El "Piojo" es el hombre clave, que nos va a llevar por el camino de la victoria, de los éxitos frente a potencia como Brasil, España, Holanda, el que sea. Total, si no funciona no pasa nada, fue una Selección al vapor y lo confirmamos hasta Rusia 2018, no hay problema.

¡Cuidado con los tentáculos que puede haber en otros lados! ¡No aparece Sochi, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro! Y cuando no es nuestro no aparece nada, es mío o de nadie, no se pueden manejar las cosas así.

El País está cambiando y genera cambios rápidos e importantes, algunos buenos, otros regulares y otros a su fin, pero ojalá sepan estos grupos que el País cambia, las leyes, el ciudadano, el punto de vista, menos ellos, aferrados a la antigua, a lo que es mío y no lo suelto por nada del mundo, sea bueno o malo.

Hoy queremos hacer de la Selección un gran producto cuando todo un año fue un desastre.

A alguien se le tenía que echar la culpa, justo al mejor. Qué pena, tristeza, lamentable que se trate así a un futbolista por el hecho de que diga "no" y sea congruente y ético con lo que piensa. Una línea muy delgada es lo que falta por saber y lo sabremos, tarde o temprano. Caiga quien caiga.

 
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