Sin ganador, sin perdedor, sin héroes, sin villanos, ni a los Tigres ni al Monterrey se los pudo cargar el payaso.
En la edición 102 del Clásico Regiomontano, la realidad volvió vencer a la ilusión. Y mientras los partidos pasan, al aficionado se le agota la esperanza de ver lo que simplemente no hay.
Dentro de un par de meses, la selectiva historia eliminará de sus registros que
Danilinho falló un claro cabezazo de gol. Que Pulido la punteó al poste. Que Jonathan saco un fulminante remate con los pies.
Que a De Jesús le marcaron un apretadísimo fuera de lugar. Que Morelo gambeteó a Dueñas para conectar en el área con De Jesús. Que las rodillas del "Chelito" no le impidieron que provocara un pase que pudo terminar en gol.
Que el Monterrey sólo tuvo un 39 por ciento de posesión. Que los Rayados fallaron 76 de los 300 pases que intentaron, frente a 68 de los 475 del rival. Y que los de casa conectaron cinco remates dentro del área contra 10 de los visitantes.
Y como de nada sirve estar cerca de ganar, con el reparto de los puntos, los dirigidos por Ferretti se afianzan como el equipo que después de las primeras cinco jornadas posee menos probabilidades de clasificar.
Aunque a manera de consuelo vale la pena señalar que entre ellos y el octavo general sólo hay cinco puntos de diferencia con aun 36 unidades por disputar.
Bueno, no nos vayamos tan lejos, el grado de mediocridad de este Clausura 2014 es tan agudo que el Monterrey con un grisáceo 40 por ciento de eficiencia, apenas y lo separa un punto del cuarto general.
Como conclusión, podemos apuntar que mientras Ferretti no devuelva su idea futbolística a la condición de juego, la elaboración del pase a gol o el gol mismo, seguirá comisionado a no más de cuatro futbolistas.
Paradójicamente, si los Tigres se agrupan hasta con ocho hombres para defender, ¿por qué no aplican el mismo criterio para fabricar el gol? En la ausencia de este sagaz criterio, denoto por qué Ferretti -sin importar lo que les ha dado- no es amado por la afición Tigre.
Del lado del Monterrey, la idea de jugar con cinco en el fondo se vuelve igual de trunca cuando los laterales volantes del Profesor Cruz de volantes muestran poco y de extremos nada.
PD. Un aficionado al futbol recuerda una cuarta parte de lo que lee, la mitad de lo que escucha, pero el 100 por ciento de lo que siente. ¿No cree usted?
Lo escrito, escrito está.
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