Hace unos días, en rueda de prensa, Tomás Boy aceptó tener miedo de la situación por la que pasa el Atlas y los problemas porcentuales.
Lógicamente, al los dos segundos se retracta de lo dicho y aclara tener preocupación solamente. En psicología el término miedo es utilizado para definir los cambios de conducta a lo desconocido, la pregunta sería, ¿acaso Atlas no sabe de estos temas de
descenso?
Tener miedo provoca una reacción de alerta y pone a producir sustancias que te mantienen en posición de supervivencia.
El saber controlar estas reacciones es positivo, pero, si este miedo se convierte en pánico, estamos todos fritos. El pánico bloquea, paraliza, liquida.
En cuestiones grupales las cosas son similares; o se aprende a manejar las situaciones difíciles con trabajo y talento o se convierten en verdaderos toboganes de malos resultados.
Los equipos, como las personas, se acostumbran a ganar o perder y se les nota hasta en el caminado. Ya no es cuestión de valor, de coraje o de amor a la camiseta, eso no lo reconoce la pelota, se trata de talento e inteligencia.
El cuadro atlista no es muy basto y sus puntales extranjeros y nacionales no han dado el ancho que se esperaba.
Este inmisericorde personaje llamado tiempo no sabe de procesos ni de directivas, ni de contrataciones futuras ni de lesionados, sólo pasa y pasa y se lleva a todo y a todos.
Hoy por la noche hay futbol en el Jalisco, que emoción. Viene el América y todo se ve distinto. Estadio casi lleno, pese a los precios ofrecidos al público. Se abren los diferentes escenarios y todos empiezan a contar los puntos de diferencia con Atlante y contra quien juega (Chivas) y qué pasaría si ganan, empatan o pierden, eso es simplemente miedo.
Si tu equipo supiera a qué jugar, si no tuviera problemas de porcentaje y nuevos dueños y una organización armada y funcionando, las cosas se verían distinto.
Si haces siempre lo mismo, no esperes resultados diferentes. Atlas no debe de perder y punto. Esperen otros tiempos para ver buen futbol, el resultado es más importante. La lógica pone a los de Coapa como amplios favoritos.
Para el aficionado, como para el directivo y el jugador, son partidos que dan o quitan. Partidos que hacen héroes o villanos. Partidos que lo que hagas en la cancha se magnifica y trasciende.
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