Infierno puma

Javier Alarcón
en CANCHA


El infierno que vive Pumas avivará sus llamas en Monterrey, con toda probabilidad, el próximo sábado.

Los Tigres, sin un solo gol a favor, y con un plantel basto en calidad, ya no tienen margen de error frente a su público y la mirada implacable de Ricardo Ferretti.

Lo que se vive en la actualidad en Pumas, no es sino la consecuencia de una larga cadena de errores que alejaron de

su esencia a los queridos Pumas.

Hay un hombre capaz de reestructurar las cosas de origen, por su seriedad, liderazgo y conocimiento de causa de cada esquina en la organización. Se llama Miguel Mejía Barón. Encantado con la docencia universitaria y un coqueteo que se prolongo con la pluma, Miguel debería cambiar de opinión y entrarle al toro. No lo invitan porque cada vez que su nombre se asoma como posibilidad, sale al paso para autodescartarse.

No es que no sea yo respetuoso con sus decisiones profesionales que mucho deben depender de las personales, pero es una situación de emergencia que requiere de cirugía mayor, y el doctor Mejía Barón es el indicado para hacer que Pumas vuelva a la raíz en sus procedimientos, formas y estilos.

Pocos como él para redefinir la mística que tenía el jugador fabricado en cantera, e iniciar un trabajo casi desde cero en la docencia de fuerzas básicas para rescatar a quienes lo hacen bien, que deben ser unos cuantos, y traer a los que conocen qué tipo de enseñanza se debe transmitir a ese especialísimo prototipo de jugador. Mejía Barón sabe cómo volver a fabricarlos con tres condiciones que los identificaban: calidad, compromiso e identidad.

Pumas se desconfiguró. Dejaron de andar el camino que los proyectó con tanta importancia a los sitios de control en el futbol mexicano, no sólo para ganar con frecuencia sino para "exportar" jugadores a todos los clubes nacionales y el extranjero. La evidencia salta a la vista; la materia prima no contienen ni el mismo talento ni el mismo orgullo universitario, base de Selección Nacional tantas veces.

Lo que viene requiere paciencia, pero sobre todo estrategia. Muy difícil se ve que Pumas pueda triunfar en El Volcán. El Atlas suele sublevarse en casa frente al América. Así que si Tigres gana y Atlas empata, veremos a los tristes Pumas el próximo lunes en el último lugar de la clasificación, y eso sí que debería deprimirnos a todos. Ya del cociente mejor ni hablamos para no ponernos en estado de alarma.

 
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