Adiós, Chapalita
Si usted es socio del Club Atlas Chapalita y todavía no tiene el autógrafo de su jugador favorito y espera el siguiente entrenamiento en esas instalaciones para conseguirlo, lamento decirle que se quedará con las ganas.
Pues con la novedad que el equipo de Tomás Boy ya no regresará a entrenar ahí, debido a que los socios se quejaron que esas
canchas no fueron arrendadas a TV Azteca.
La molestia de los asociados es porque los atlistas dejan muy levantado el pasto del club de Avenida Copérnico, por lo cual hay que meterle horas extra al mantenimiento para que puedan disfrutarlo quienes pagan.
El contrato de renta por 250 mil pesos mensuales, que firmó Eugenio Ruiz Orozco con Grupo Salinas, sólo incluye Colomos y el Cecaf, así que no hay ni por dónde puedan reclamar los nuevos dueños.
Aquí el problema es que a Boy le gusta más Chapalita por el estado de la cancha, pero pues no le quedará de otra.
Por cierto, varios de los 124 socios andan muy inquietos porque aún no han visto un centavo de lo que TV Azteca pagó por el equipo.
La versión oficial es que en la Asamblea Informativa del próximo 27 de enero les darán razón. Urge porque varios asociados ya se lo gastaron desde antes.
El ahorrador
Como que eso de pagar de más al Tuca le agrada menos que ser afectado por el arbitraje.
Después de sus declaraciones incendiarias, dos días seguidos, de que el América jugaba con 12, que los árbitros siempre se equivocaban a favor de las Águilas y que ya se había cansado de que le afectaran, llegó a la FMF como corderito y de muy buen humor.
El brasileño se disculpó, reconoció que se había excedido, pero luego quiso pasarse de listo cuando aseguró que él nunca tachó a los árbitros de deshonestos y hasta se aventó la puntada de asegurar que eran sus cuates. Jajaja, ¡qué amiguitos!
No sé qué interprete él por llamar deshonesto a alguien, pero textualmente dijo que América "es el único equipo en el mundo que juega con 12" y remató con "si dijéramos que es por falta de nivel, yo diría 'está bien', pero no lo es".
Pero como el miedo a pagar no anda en burro, fue con mucha alegría a disculparse, y andaba en un plan tan ahorrativo que al llegar al aeropuerto, en lugar de agarrar un taxi, pidió un aventón a un camarógrafo y un reportero de una televisora que fueron a recibirlo.
Al salir la aplicó igual para regresar a la terminal aérea, supongo que quizá porque pensó que con la multa que le iban a poner le iba a quedar muy poca lana de los casi 2 millones de pesos mensuales que se chuta en Tigres.
¿Promoción?
Si usted fue el domingo pasado al Omnilife y salió agradecido con la directiva de Chivas porque no le cobraron el estacionamiento, pensando que fue una promoción para atraer gente al estadio, les tengo noticias.
Digo, sí deben de agradecerle a las Chivas, pero porque no se han arreglado con la empresa que se encarga de administrar esa zona. Fue por eso que a nadie le avisaron, porque de hecho ni ellos sabían.
Mientras se ponen de acuerdo, hoy por la noche tampoco van a cobrar, así que aprovechen para ahorrarse un dinerito.
Chismes del corazón
Tremenda bomba reventó ayer en el seno de Televisa Deportes cuando una revista de chismes de la farándula publicó que Vanessa Huppenkothen está al borde del divorcio porque su marido la quiso sorprender en Atlanta, donde andaba en una cobertura, y el sorprendido fue él cuando la cachó con Miguel Gurwitz.
De inmediato, tanto la reportera, como el periodista y hasta el esposo implicado salieron a desmentirlo vía Twitter.
Como decía mi abuelita, ¡ya no hay temor a Dios!
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