Ya se juega la Jornada 2 del Torneo de Clausura 2014, dentro de una Liga MX cada vez más desnaturalizada.
Al seguir facilitando la proliferación de futbolistas naturalizados, los dirigentes inhiben la formación, el crecimiento y cabal desarrollo de los futbolistas nativos, de los que mejor representan la naturaleza de nuestro balompié.
Una cosa es la bienvenida globalización del
futbol (que en todos lados jueguen los mejores independientemente del lugar en donde nacieron), y otra muy distinta es tomar de ella sólo una parte, sin trabajar lo necesario para asumirla por completo.
Para aceptar indiscriminadamente todo lo que viene de afuera, primero es indispensable mejorar lo que se produce adentro para ponerlo a competir en igualdad de condiciones.
En lugar de empeñarse en trabajar mejor en las Fuerzas Básicas, en la labor de formación de los propios futbolistas, los dirigentes optan por la comodina medida de importar cada vez en mayor cantidad a los ya formados en otros lares.
Medida comodina y muchas veces ilícitamente conveniente para sus propios bolsillos, porque también entre directivos abundan los "pescadores" que con la semestral revoltura del futbolero río de las transacciones, compra-ventas y contrataciones se llevan su buena tajada.
Tan comodinos y convenencieros son, que de esos rasgos terminan contagiados innumerables jugadores extranjeros que adquieren su naturalización por la simple conveniencia del corto plazo y sin la convicción que debe acompañar a una decisión tan importante para toda una vida.
El problema no es que se les vulnere o no el derecho de jugar siendo ya mexicanos, sino que se hagan mexicanos sólo para jugar.
Así, propiciando y promoviendo la proliferación de naturalizados, siguen los desnaturalizados dirigentes atentando impunemente contra la naturaleza de nuestro futbol.
¿Y si mejor le entramos con ganas a la importación de directivos?
@rgomezjunco
gomezjunco@mural.com
