Las últimas determinaciones de la Liga MX anunciadas por su presidente Decio de María reflejan la intención de llenar las canchas nacionales de jugadores no nacidos en México. Los candados están rotos.
A partir del siguiente torneo, todo aquel jugador que lo desee, se naturaliza y con su pasaporte mexicano en mano, puede jugar sin ocupar plaza de extranjero, así haya nacido en la
Chinchunchina.
Hoy, con la posibilidad de que se llenen antes del 31 de enero las 85 plazas para foráneos (cinco por club), más 16 de doble nacionalidad y 22 naturalizados, el Clausura 2014 podrá tener registrados en febrero a 123 futbolistas que no nacieron en México. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad de muchos de ellos que están ocupando plazas que podrían llenar jóvenes nacionales trabajados en las canteras de los clubes.
Esto va en sentido opuesto de lo que han propagado como uno de sus principales aciertos: el trabajo serio en las fuerzas básicas, donde todos los clubes están obligados a contar con equipos Sub 15, Sub 17 y Sub 20 que participen en torneos nacionales. Hay una multimillonaria inversión en el trabajo de fuerzas básicas, que podría estarse echando al vacío.
Tomando en cuenta que 17 equipos de la Primera tienen acceso a contratar extranjeros (Chivas conserva su línea nacionalista), naturalizados o de doble nacionalidad, en un par de años podría haber 200 jugadores nacidos en otras tierras.
Hoy quedaron registrados 22 naturalizados, repartidos entre Pumas y Monterrey, tres cada uno; dos con América, Chiapas, Atlas y Tigres; y uno con Veracruz, Tijuana, Toluca, Cruz Azul, Atlante, Santos, Morelia y Querétaro.
Por vigencia del reglamento que está por morir, a Rubens Sambueza le falta un torneo para cumplir con los 10 que le exigía la norma anterior. Este torneo juega como extranjero, al igual que Sebastián Maz, quien no ha podido completar su trámite de naturalización.
A los naturalizados habría que sumar también a otros 16 con doble nacionalidad, de los cuales Tijuana tiene a Greg Garza, Joe Corona, Hérculez Gómez y Édgar Castillo, nacidos en Estados Unidos pero que por derecho de sangre (padre o madre mexicanos) juegan como nacionales.
El caso de Xolos es atípico porque en este momento tiene su cuota de cinco extranjeros, más cuatro de doble nacionalidad y un naturalizado. En total, 10 futbolistas no nacidos en México que pueden alinear juntos.
Aunque Decio de María dice que los 18 clubes están de acuerdo en que los equipos se llenen de naturalizados desde el Apertura 2014, una de sus funciones es la de velar por un mejor futuro deportivo para el futbol mexicano. Y todo parece indicar que avanza a paso veloz... pero en reversa.
@hectorhuertad
hhuerta@reforma.com