La verdad
Riiing, riiing.
-¿Sí, diga?
-Andamos ofreciendo portero mundialista, titular durante 7 años con nuestro equipo, se llama Luis Ernesto Michel.
-¿Al que "Tuca" le dijo "Cacahuate"? No, gracias, no nos interesa.
Esta charla se dio numerosas ocasiones antes, durante y después de Navidad, pero por más que el portero hizo su cartita al
Niño Dios y Santa Clos, nomás nada (ignoro si fue porque no se portó bien).
Tuvieron que venir los Reyes Magos para que le cumplieran el anhelo de jugar en el extranjero, aunque no fuera Europa, sino en el Saprissa, de Costa Rica.
¿Qué cosas tuvieron que pasar para que uno de los mejores porteros de México acabara en Centroamérica? Pues para eso está su filosa servilleta. Así que vayan por más café, otro pedazo de rosca que la dieta inicia mañana y vamos por partes.
Después del berrinche de Ricardo Ferretti y el famoso episodio de los "cacahuates", resulta que Chivas ya lo tenía negociado al Morelia y su contratación era inminente; el trato era que lo prestarían gratis y Monarcas sólo cubriría 5 meses de su sueldo de los 6 que duraría el préstamo.
Pero ¡oh, sorpresa! ¡Luis Ernesto quería un aumento en su salario!
Su representante Mauricio García de la Vega le aconsejó que se mantuviera firme, y de ahí no se bajó el portero, lo que vendría a tumbar la negociación, en medio de la furia de Chivas que ya sentía se había librado del portero.
Atlante también negoció por él, pero fueron muy claros en decir que "solamente" le podía pagar 600 mil pesos mensuales... ¡Ah, jijo! ¿Pues cuánto ganaba? Ni más ni menos que un melón del águila.
¿Por qué el afán de que saliera del Rebaño? Por varias razones. Una de ellas, precisamente, el sueldote que se cargaba. Ya saben, aligerar la nómina.
Pero esa no fue la única causa, Luis Ernesto perdió el hambre en el Guadalajara, y todos se daban cuenta de sus actitudes, como cuando le dejó de hablar a Toño Rodríguez al enterarse que el chavo sería el titular.
Michel se volvió insufrible. Escuchaba música aunque su compañero estuviera durmiéndose, se ponía a leer con la luz prendida o hablaba por teléfono hasta altas horas de la noche. Y nunca fue el líder que muchos esperaban se convirtiera.
Por todo eso el "Güero" Real analizó las cosas: si no había acomodo para Héctor Reynoso, estaba dispuesto a quedárselo; si no encontraba equipo Marco Fabián, a ver cómo lo hacía funcionar, pero Michel... aunque sea en la Liga de los Animales, pero no lo quería ni en La Gigantera.
No por nada el DT declaró claramente que Michel no tenía "espíritu para pelear cosas por el club".
Ya la cosa estaba tan complicada que habían comenzado a negociar para finiquitarlo, pero llegaron Melchor, Gaspar y Baltazar a darle un equipo para mantenerse en activo en Costa Rica.
Luis Ernesto tomó la decisión correcta: a los 34 años, dejar de jugar 6 meses podía ser un daño irreversible para su carrera. Ojalá en San José encuentre la motivación que perdió por acá.
Se hacen guajes
Los jugadores del Atlas pensaron que con la llegada de TV Azteca sus cuentas bancarias iban a derrochar dinero, pero se han llevado una sorpresa.
Viene a tema porque siguen sin cobrar el mes de diciembre y la cosa está hecha bolas.
Los jugadores no saben quién les pagará el último mes del 2013, pues mientras TV Azteca les dijo que era problema de los 124 asociados de los Zorros, los anteriores dueños comentaron que ya era jurisdicción de la televisora.
El problema de fondo es que el organigrama del nuevo Atlas está más hueco que la cabeza de varias de las estrellas televisivas del Ajusco, por lo cual no hay ni siquiera quien pueda dar una voz oficial para un tema tan elemental como la lesión de José Luis Chávez.
Eso sí, a los jugadores ya los traen del tingo al tango. Como a Leandro Cufré y Federico Vilar, quienes anduvieron el domingo animando el Juguetón.
El que paga, manda... nomás que sí pague, ¿no?
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