"Por culpa de un clavo se cayó la herradura, por culpa de la herradura se perdió un corcel, por culpa de un corcel no llegó un mensaje y por culpa del mensaje que no llegó se perdió la guerra". Proverbio chino.
Si la culpa fue del árbitro o Luis Miguel, ¿qué más da? La culpa, como lo afirma el poeta ingles Robert Browning, la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero
muy, muy despacio.
En la Liga MX, en la que evidentemente está prohibido importar jugadores que sean mejores a los ya inscritos, seguirá siendo común que cualquiera, jugando de cualquier forma, le gane a cualquier equipo.
El América por ejemplo, aparte de beneficiarse con dos erradas decisiones arbitrales, aprovechó el improductivo desempeño colectivo que plasmó el equipo de Ferretti y, con apenas el 40 por ciento de posesión, producto de sólo 227 pases acertados, venció a los Tigres, que raquíticamente apenas y dispararon una vez a gol.
La autopsia del encuentro nos revela que, si de los 22 pases acertados por Lucas Lobos, 42 de Pizarro, 44 de Dueñas y 28 de Burbano, todos, sin excepción, fueron concretados a más de 25 metros de la portería de Moisés Muñoz, las posibilidades de anotar se reducen drásticamente.
Además, el capitán, junto con Alan Pulido, se fueron sin patear al marco. Y como los Tigres prácticamente no le pisaron el área al América, de los 23 centros que intentaron, 22 fueron fallados.
Como anécdota, después de que Ferretti arremetió contra el arbitraje, la prensa capitalina desempolvó el Código de Ética, cuando hace menos de un mes ni por equivocación hicieron lo mismo con el "Mesías" Miguel Herrera.
Y en lo que respecta al Monterrey, podemos recapitular que las posibilidades de triunfo para los Rayados siguen girando, única y exclusivamente, en la inventiva de Suazo.
Contra Cruz Azul, "Chupete" produjo tres remates a puerta, uno al poste, dos desviados y una asistencia que De Jesús cabeceó cerca de gol.
El "Profesor" Cruz volvió a plantear una línea con tres centrales y dos contenciones que con grilletes les es imposible enlazar en el fondo de la cancha, cuando el rival apenas y lo demandó con el "9" menos aerodinámico de la liga y un enganche de marcadas arrugas. ¿No cree usted?
PD. "El culpable es un mal calculador" Concepción Arenal.
Lo escrito, escrito está.
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